Las presentaciones fueron un aburrimiento y me alegré más que nunca de que llegaran las ocho y media y poder salir del edificio centro.
En el camino nos cruzamos con Evan y fuimos juntos hacia la casa de Érebo, no sabía qué misión le había encargado la directora Black, pero el chico tenía que estar realmente aburrido.
- ¿Qué solución te han dado? – le preguntó Kaly.
- Bueno, pues hasta que arreglen la cuarta planta dormiré en el cuarto de Dawn, ya sabéis que debido al ritual del fuego[1] no podemos pisar ese sitio hasta que no hayan pasado sesenta días, seré tu compañero durante largo tiempo – dijo mientras me sonreía. En realidad sabía que sucedería y que le darían mi cuarto, pero no por eso tenía que sentirme menos furiosa.
- Está bien, pero no dejes tu ropa tirada por medio y no mees fuera de la taza ¿entendido? – le dije mientras entrabamos en el hall de la casa.
- Si señor – contestó parodiando un saludo militar.
- Mas te vale obedecer las normas o pondré pica pica en tus calzones y pincharé tus condones – le dije mientras me reía.
- No uso condones – me dijo entre risas dejándome perpleja.
- ¿Por qué? – Pregunté con morbosa curiosidad – es decir, entiendo que los seres sobrenaturales no cogemos enfermedades sexuales ni nada de eso, pero ¿Qué pasa con los embarazos?
- Un vampiro puede controlar la fertilidad – explico Kaly. Ella era la única que no se había puesto roja – si un vampiro no quiere ser fértil en ese momento, pues no lo es – dijo sorprendida de que no lo supiera.
- Vaya, no tenía ni idea – dije poniéndome cada vez mas colorada - ¿a qué hora quedamos? – le pregunté a Kaly para cambiar de tema.
- En dos horas aquí ¿vale? – la confirmamos que estábamos de acuerdo con un asentimiento de cabeza y subimos a nuestros dormitorios.
En mi habitación ya había otra cama colocada en el extremo más alejado de la ventana y sobre ella había algunas bolsas llenas de ropa.
- ¿Has ido de compras? – pregunté intrigada.
- Sí, es lo bueno que tienen los portales Owëd – respondió mientras colocaba la ropa de las bolsas en un cajón de mi armario – por cierto necesito un cajón del escritorio para meter algunas cosas, ¿te importa que vacíe uno?
- Yo lo haré – dije rápidamente. No quería que nadie andorreara cerca de la piedra del Sr. Doe.
- Muy bien, voy a ducharme – me dijo con una sonrisa que podía derretir el autocontrol de cualquiera - ¿te apuntas? – añadió acercándose a mí.
- No creo que sea adecuado – dije mientras me concentraba en mantenerme fuerte y lejos de las tentaciones.
- Yo creo que sería maravilloso – dijo inclinándose hacia mi boca, por un momento pensé que iba a besarme, luego se quedó a varios centímetros de mis labios y añadió – creo que podría hacerte disfrutar más de lo que imaginas – me aclaré la garganta y me separé tan bruscamente de su boca que estuve a punto de caerme.
- Metete en la ducha y date prisa – solo fui capaz de decir esas simples palabras. Me temblaba el cuerpo de excitación y deseo, no era el mismo sentimiento que tenía cuando estaba cerca de Shane, lo que Evan y yo teníamos era simplemente una fuerte atracción física ¿o no?
- Tú te lo pierdes – dijo quitándose la camiseta y tirándomela a la cara. ¡Oh Dios mío!, su olor era embriagador y mis hormonas se sublevaron contra mi cerebro, necesité hacer acopio de todas mis fuerzas para no lanzarme al cuarto de baño. Esto terminaría mal, deseaba con todo mi aliento que terminaran de reconstruir su dormitorio antes de que sucumbiera a las órdenes de mi cuerpo.
Evan se duchó realmente rápido, cuando salió del baño solo llevaba una de mis toallas atada a la cintura, era espléndido, sus músculos estaban muy bien definidos y, a diferencia de Shane, Evan era mucho más corpulento y tenía un poco de bello rubio en el pecho.
Me metí corriendo en el cuarto de baño y me dispuse a desvestirme para ducharme, abrí el grifo de la ducha y justo antes de meterme dentro de la bañera, oí unos suaves golpes en la puerta del dormitorio.
Sin cerrar el grifo me acerqué despacio a la puerta del baño y escuché atentamente.
- Hola, ¿está Dawn? – preguntó una voz conocida que hizo que mi estómago se diera la vuelta – tengo que hablar con ella – aclaró Shane.
- Está en la ducha – le contestó Evan de manera borde y un tanto grosera - ¿Qué quieres que le diga? – preguntó.
- Prefiero hablarlo con ella en persona – dijo Shane con un tono de voz cada vez más agresivo.
- ¿Dónde está tu novia? – preguntó Evan divertido.
- No es de tu incumbencia – le dijo Shane con su habitual arrogancia.
Ese era el momento oportuno para salir y evitar que se mordieran como hienas en una pelea, pero en el instante en que agarré el picaporte un comentario de Shane hizo que me detuviera.
- No ha sido una coincidencia que te mandaran a su cuarto estando el mío vacío, ¿Por qué? – espetó Shane.
- No sabía que tu cuarto estaba vacío, Kaly me dijo que uno de los chicos nuevos era tu compañero – dijo Evan viéndose tan perplejo como yo, o al menos pareciéndolo. Ya aclararía esto más tarde, ahora era el momento de salir, me enrollé en una toalla roja y abrí la puerta.
- ¿Qué pasa? – Evan y Shane me miraron asustados, estaban tan concentrados el uno en el otro que no se habían percatado de que había salido del baño.
- Tengo que hablar contigo – dijo Shane acercándose a mí, me sentía demasiado desnuda para tenerle tan cerca, pero me controlé para que no cundiera el pánico o una revolución hormonal – ¿podríamos hacerlo a solas? – dijo fulminando a Evan con la mirada.
- Este es mi dormitorio y no me voy a marchar – dijo enojado.
- Muy bien, terminemos cuanto antes o no me va a dar tiempo a arreglarme – jalé a Shane por el brazo y le metí en el baño conmigo.
- ¿Qué pasa? – le pregunté cerrando la puerta detrás de mí y acercándome a la bañera para que el ruido del agua ocultara nuestra conversación.
- Mmmm… - genial, el arrogante Shane estaba incómodo y no dejaba de bajar su mirada hacia mis pechos.
- Al grano Shane que no tengo mucho tiempo – me miré el pecho y añadí - ¿es que tu novia no te da lo que necesitas? – mientras sonreía, bajé un poco la toalla y acaricié la parte superior de mi busto.
- Para de hacer eso o no me hago responsable – no sabía por qué pero le creí, bueno no solo por su voz ronca y sus ojos llenos de lujuria sino por el bulto que se divisaba en sus pantalones. Necesitaba urgentemente una maldita ducha y esta vez fría – he recibido esta carta – dijo recuperando su tono de voz normal y entregándome un sobre blanco.
La leí atentamente.
Pronto vendrás a mis brazos y me servirás como el mejor de mis lacayos, juntos dominaremos todo cuanto queramos y te concederé el deseo que mas anheles.
No lo pongas difícil o ella sufrirá horriblemente antes de convertirse en mi mejor guerrero.
D.N.
Ok. No hacía falta ser muy listo para saber de quién provenía la amenaza, pero lo que me resultaba extraño era el sobre, no tenía ningún sello y solo tenía escrito el nombre de Shane, eso solo podía significar que la carta había sido entregada desde dentro de la escuela y que, o bien Stock seguía en SubMundo, o que teníamos otro topo entre nuestras paredes.
- ¿Te vas a entregar? – pregunté. No sabía qué otra cosa quería que le dijera.
- Por supuesto que no, solo quiero que te cuides, no quiero que te pase nada – se sonrojó, algo pocas veces visto en su precioso rostro.
- ¿Qué te importo yo? – pregunté sintiendo mi corazón revoloteando fuerte.
- Me importas mucho, no lo dudes – dijo poniéndose serio y atrapando mi mirada con la suya. Había soñado muchas noches en perderme en esos oscuros ojos verdes.
- No creo que a Nicky le haga mucha gracia que me digas esto- le dije recordando que el muy cabrón tenía novia y que se morreaba con ella cada vez que me veía.
- Yo… - no le dejé terminar y le saque fuera del baño mientras le prometía que mantendría un ojo abierto y le avisaría si tenía problemas o veía algo sospechoso.
Por fin pude meterme en la ducha y relajarme, al menos físicamente, porque mi cabeza no dejaba de darle vueltas a la carta de Shane, sabía que la Dama Negra no se rendiría en su empeño de reclutarnos, pero pensé que habíamos logrado sacar a todos sus topos del instituto. Por lo visto no era así.
El salón del edificio centro estaba como siempre adornado de forma majestuosa y con mucha clase y glamour. Me había puesto el vestido rojo que me había comprado mi madre, me quedaba perfecto y resaltaba todas y cada una de mis bonitas curvas, pero al lado de Kaly, yo no era más que una aficionada, ella estaba espectacularmente bonita y cada vez que pasábamos cerca de algún grupo de chicos todos volvían la vista para comérsela con los ojos.
La fiesta estaba de lo más formal y aburrida así que me alegre un montón cuando Adam se acercó para invitarnos a la fiesta privada de la cueva que comenzaría a media noche.
Muchos de los alumnos nuevos iban a asistir, pero la mayoría de los invitados íbamos a ser los de siempre, me sentí muy orgullosa de pertenecer a ese grupo de privilegiados.
Pedí mi último Martini a la camarera y cuando me lo terminé fui a buscar a Kaly, que estaba con Jake y a Evan que andaba tonteando con una cambiaformas.
- Chicos, nos vamos a la cueva – le dije a los tres, y mientras Kaly le explicaba a Jake el tipo de fiesta a la que nos dirigíamos, Shane y Nicky se unieron a nosotros.
- ¿Sabes una cosa banshee? – me preguntó Nicky con desagrado. Shane la miró atónito – deberías dejar de ser virgen – me soltó la muy puta delante de todos.
- Y tú deberías meterte en tus asuntos si no quieres ver lo que soy capaz de hacerte – dije con toda mi ira y enfado patente en el tono de voz.
- Sería capaz de romperte el cuello antes de que me chillaras – dijo la muy estúpida.
- ¿Quién ha dicho nada de chillar? – Pregunté sonriendo con malicia - puedo hacerte daño de muchas más formas. Yo que tú me dedicaría a comerle la polla a tu novio y dejar que yo haga y deshaga lo que me dé la gana y cuando me salga de las narices ¿entendido? – todos se quedaron callados y me miraron sorprendidos, ¡ni que fuera la primera vez que pierdo los papeles!
- Ella y yo vamos a solucionar ese problema en breve – dijo Evan agarrándome por el hombro mientras me susurraba – sígueme el juego, ya te explicaré.
- Sí, lo solucionaremos esta noche – dije divertida, Shane y Kaly me miraron como si me hubiese vuelto loca, pero en la mirada de Shane había cólera y celos ¿Por qué demonios estaba celoso?
- Bueno creo que es mejor que nos vayamos – dijo Kaly mientras negaba con la cabeza intentando no reírse.
Camínanos hacia la casa de Gaya en silencio y cuando llegamos a la cueva Evan me ayudo a bajar, la última vez que estuve, Hugo había sido el encargado de bajarme por el agujero, sentí un ligero dejavu.
La fiesta estaba más caliente que la última vez y todas las camas estaban ocupadas, pero ya no me molestaba tanto como antes, el secreto era no prestarles atención y seguir a tu rollo.
Me senté en uno de los sofás azules que estaban frete a la barra, Kaly y Nicky se sentaron junto a mí mientras que los chicos cogían las bebidas.
En ese momento la ira y la desesperación se apoderaron de mi transformándose de pronto el dolor y angustia, yo no sentía el dolor como tal simplemente sentía que alguien lo estaba experimentando en elevadas dosis, también sentía la angustia a de esa persona y su ira. Como la vez que me había sucedido en el mini cine se fue de golpe devolviéndome a la realidad.
Tres caras asustadas me miraban desde arriba, por lo que supuse que me había quedado tumbada en el sofá.
- ¿Otra vez? – preguntó Evan nervioso.
- Sí – contesté mientras me incorporaba y estiraba mi vestido que se había subido más allá del muslo.
- ¿Otra vez qué? – preguntó Kaly. Evan muy amablemente se lo explicó mientras que Shane no apartaba la vista de mis ojos.
- Vaya espectáculo más bochorroso – dijo Nicky que estaba sentada en la otra punta del sofá tomándose su margarita.
- Lo primero, se dice bochornoso y tú, a ver si le regalas un diccionario a tu novia – le dije a Shane – tía, la debes mamar muy bien porque no me explico qué demonios podría ver un chico en ti – dije volviendo la vista hacia Nicky.
- Eres una mal hablada, además yo no hago esas cosas – me dijo fingiendo sentirse abochornada.
- Ya claro y yo soy monja – dijo Kaly
- Por el momento lo suyo es que lo sigas siendo por lo menos un mes más – dijo Shane quitándome las palabras de la boca.
- Yo espero que no – contestó Evan mirando inquisitivamente a Jake, que se había puesto rojo, dándonos a todos la maldita respuesta.
- ¿Te has acostado con él? – pregunté encarando a Kaly.
- Yo… bueno… si, vale pero no quería decirlo para que no tuvieras que cumplir tu promesa – lo dijo tan arrepentida que toda mi ira se esfumó tan rápido como había venido.
- ¿No puedes mantener las piernas cerradas un puñetero mes? – preguntó Shane, que se había puesto rojo y apretaba sus puños contra su cuerpo para evitar golpear a alguien.
- ¿A ti que más te da gilipollas? – le dijo Kaly enseñándole los colmillos. Shane no se quedó atrás y desenfundó los suyos. Nunca le había visto sacar los colmillos, pero si era guapo y excitante sin ellos, al verle actuar en su forma más animal casi sufrí un maldito colapso. Estaba realmente guapo y exótico, deseé que volviera a beber mi sangre allí y ahora.
- Parad los dos- dije intentando que no se mostrara en mi voz la excitación que en ese momento recorría mi cuerpo. Realmente debería librarme de la maldita virginidad lo antes posible, hacía todo esto mas difícil.- esta noche cumplo mi promesa, pero Kaly, me debes una por haberme defraudado, yo había confiado en ti y me fallaste – al momento de decirlo me arrepentí de haberlo hecho – bueno da igual, ¿dónde está mi copa?
Me bebí mi cuarto Martini de la noche mientras charlábamos sobre música y deporte. Realmente no recuerdo cuando empecé a sentirme mal, pero al cabo de un par de horas de estar en la cueva noté que mi corazón iba a mil por hora y un intenso calor me recorría el cuerpo, no sé como lo supe, pero sabía que la última copa no llevaba solo ron y limón.
Me aparté del grupo tambaleante y me senté en uno de los sofás que estaban en la zona oscura mientras esperaba que se me pasara y de esa manera no alarmar a nadie. Mi cabeza daba vueltas y comenzaba a escuchar el bombeo de mi sangre en los oídos, alguien me había drogado, lo único que recuerdo antes de desmayarme es la silueta de un hombre acercándose a mí mientras se reía.
[1] El ritual del fuego no permite a los sobrenaturales acercarse a un incendio hasta que no hayan pasado sesenta días de “luto” oficial, es una forma de mostrar respeto a los dioses.
8 comentarios:
o dios a estado buenisimo el cap.heres muy buena eskriitora y me gusta muchisimo tu historiia esperare con ancias el siguiente bexxo0z...♥
Como le dejas ahi, quien drogo a Dawn??
Queiero ver el pago de la apuesta XDXD
besos nos vemos
¡¡¡NOOO!!! T-T por qué se alejó del resto si se dio cuenta que estaba drogada, pobre Dawn!! Necesito leer cómo sigue D:!!
Si !!
Esta muy bueno...
Dawn, muchas gracias por el cap.
Pregunta:
Lo pregunte antes pero por si las dudas vuelvo a hacerlo.
Puede ser que la Arteria que Evan muerda sea la Arteria Femoral ?
Es la Arteria de la cara interior del muslo.
PD:
Ya hay fecha para el próximo capitulo ?
Beso
Feldy
diooooos, parece k lo hagas a proposito, xd, hay fecha para el siguiente capitulo?, estoy insaciable, necessito a mi banshee, jejejeje
el domingo subo el cao 3
Oh Dios!!! Me encanta tu historia Dawn, esperare con ansias el proximo capitulo.
Eeeiiiiinnn Dawn,
Tu saga Submundo es genial!!
Encontré el blog por casualidad y ahora estoy enganchadííííísssiiiimaaaa!!
Tienes, de veras, mucho talento. Muchas gracias por tus caps.
Bsos!
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