martes, 9 de junio de 2009

CAPITULO SIETE

Me desperté a las cinco y media de la tarde con un hambre voraz, me puse unos vaqueros, mis botas rojas y una camiseta que decía “la ley está para romperla”, después de peinarme bajé a la cafetería de la casa.
Todavía no había ningún vampiro despierto, pero para mi alivio el encargado de la cafetería era un hada y podía estar despierta a estas horas.
Me preparé un bocadillo de bacon con queso y una Coca-Cola, dí gracias a Érebo de que no me sentara mal la carne, cada vez que la comía me parecía más y más deliciosa. Debí de estar mucho tiempo disfrutando mi manjar porque al cabo de media hora comenzaron a bajar los alumnos para tomar su… desayuno, había algunas jarras opacas distribuidas por las mesas, me imaginé que sería la sangre, tampoco había que ser muy listo ¿no?, pero para mi sorpresa no me pareció nada repugnante, solo ley de vida, o comes o te mueres.
Kaly y Hugo se acercaron a mi mesa algo somnolientos.

- Buenas tardes ¿Cómo has dormido? – me preguntó Hugo mientras se servía la sangre en una copa también opaca.

- Bien ¿y vosotros? – contesté dando el último mordisco a mi bocadillo.

- Genial, como siempre – dijo Kaly mientras bebía su segundo vaso de sangre.

Cuando terminaron su desayuno nos fuimos al pequeño jardín que había enfrente de la casa y caminamos un rato antes de subir a las habitaciones y coger los libros para dirigirnos a clase, según Kaly el paseo “matutino” te da energías para afrontar otro aburrido día de clases.
Mientras charlaba con Hugo y Kaly arrancaba una rosa negra de entre la maleza ví sentado en un pequeño banco de madera a un vampiro que me quitó el aliento, era muy guapo, tenía el pelo castaño y corto y unos ojos verdes tan oscuros que mareaban con solo mirarlos, debió darse cuenta de que alguien le estaba observando y rápidamente capturó mi mirada, el muy estúpido me sonrió con prepotencia. En ese instante tres chicas se acercaron a besarle y tocarle mientras él las rodeaba por la cintura y se deleitaba en todas las curvas del pequeño club de fans.
Hugo y Kaly no se dieron cuenta de que había dejado de prestarles atención, estaban de espaldas al chico y no repararon en su presencia. La verdad es que me dio vergüenza preguntarles quién era y lo dejé pasar.

- ¡Ah! se me olvidaba – dijo Kaly mientras me entregaba una bolsa de plástico azul que había llevado colgada del brazo desde que había bajado a desayunar – este es tu chándal para las clases, me lo ha dado Robuert cuando salía de mi dormitorio, había llamado a tu habitación y ya no estabas, ¿llevas mucho tiempo despierta?.

- No, solo una hora más que vosotros – dije sonriéndola - ¿Quién es Robuert? – pregunté tomando la bolsa con el chándal rojo vino y poniéndomela debajo del brazo.

- Es el encargado del material – contestó Hugo.

- ¿Sabes? Tienes las mismas clases que yo – dijo Kaly muy entusiasmada mientras miraba lo que supuse, era mi horario de clases que seguramente se lo habían entregado junto al chándal. Le arranqué el papel de las manos y la saqué la lengua mientras echaba un vistazo a mis asignaturas, Kaly se giró y me enseñó sus colmillos mientras se reía.

- Eso es genial Srta. Colmillitos ¿Qué clase nos toca ahora? – pregunté sin molestarme en mirar el horario que acababa de doblar y guardar en el bolsillo trasero de mi pantalón.

- Magia elemental – dijo mientras nos volvíamos a meter en la casa. Hugo se quedó parado en el hall mientras nosotras comenzábamos a subir las escaleras.

- ¿No vienes? –le pregunté

- No, soy de tercer año, sólo nos dedicamos a la clase de defensa personal – me contestó, no le había preguntado en ningún momento a que curso iba, había dado por hecho que estaba en el mismo que Kaly, me deprimió mucho que solo fuera a pasar un semestre con él, al final de este año se marcharía y tendría un amigo menos. ¿Pesimista? ¿yo? Nunca.

- Bueno pues ya nos vemos – dije intentando seguir el paso de Kaly que subía las escaleras con velocidad vampírica. Antes de poder alcanzarla, alguien que estaba sentado en uno de los sofás del pasillo del primer piso me sujetó el brazo. Me giré furiosa, había estado a punto de caerme. Cuando giré la cabeza para ver quién me había agarrado pude ver a Evan sentado con otros dos vampiros, uno de ellos era el chico arrogante del jardín.

- ¿Qué coño quieres? – le pregunté dándome cuenta de que Kaly se había detenido y se debatía entre venir o quedarse, la hice un gesto con la mano para que no viniera.

- Vaya, vaya… nuestra hada es una mal hablada – dijo Evan sonriéndole a los otros dos borregos que le seguían la corriente.

- ¿Qué quieres? – le repetí, esta vez envenené mi voz lo máximo que pude y él me soltó el brazo sonriendo.

- Me gustaría desayunar tu sangre en vez de esta mierda que nos dan – dijo mientras miraba mi cuello.

- Y a mí me gustaría cortarte las pelotas – en ese momento me di cuenta de que todo el mundo que había en los pasillos se había detenido para mirarnos. Me di la vuelta y me marché mientras le oía reírse detrás de mí.

- ¿Qué ha sido eso? –Preguntó Kaly - ¿le has vuelto a joder? Tía, ten cuidado porque no sé cuál es el cupo de desplantes de Evan pero…

- Ha empezado él otra vez, yo sólo me defiendo – la contesté intentando cambiar de tema.

Después de recoger nuestros libros nos dirigimos al edificio centro, donde se impartían las clases. Después de callejear un poco por algunos pasillos entramos en un aula que se parecía mucho a un laboratorio humano.
Sentada en una de las primeras mesas estaba Moira, que me miraba con asombro y ¿miedo?, podría haber jurado que era miedo si hubiera estado callada y no hubiera abierto la boca.

- Vaya, vaya, mira dónde está la renegada – le dijo a su compañera de pupitre, un hada muy bonita y fina, basándome en su grosera aptitud, igual de prepotente que Moira.

- ¿La saco los dientes? – me preguntó divertida Kaly, la asentí como respuesta y disfruté como una enana cuando la cara de Moira se puso pálida como la pared.

- ¿Quién es la que está con mi hermanastra? – le pregunté a Kaly mientras nos dirigíamos a unos de los pupitres situados a la mitad de la sala.

- ¿Esa es tu hermanastra? – preguntó asombrada. Había olvidado mencionárselo, así que le expliqué un poco por encima nuestras rivalidades y sus desprecios.

- Vaya, es una verdadera bruja – dijo Kaly sorprendida, luego cambió de tema respondiendo a mi pregunta anterior – La chica que está con ella se llama Even Star – dijo arrugando la nariz – es una golfa de mucho cuidado, no me extraña que tu hermanastra haya hecho buenas migas con ella, es la hija de la profesora Star, la de historia sobrenatural.

La clase se llenó de gente y un cambiaformas entró en la sala colocando sus gafas encima de la cabeza, detrás había una pequeña hada que tendría al menos ochocientos años porque la edad humana que aparentaba no bajaba de los 50.

- Estos son los profesores de magia elemental – me susurró Kaly

- Bienvenidos, soy el profesor Leopard y está es la profesora Light, algunos ya nos conocéis y los nuevos ya lo iréis haciendo.

Mi primera clase en SubMundo fue un desastre, sólo fui capaz de generar un pequeño tornado en una urna mientras otros hacían nacer mariposas, florecer rosas o revivir plantas secas, Kaly tenía un don extraordinario para realizar un hechizo de silencio, era capaz de dejar muda a toda la clase, eso podía ser realmente útil con mi hermanastra, incluso quise que no le retirara el hechizo nunca, pero por lo visto no duraba mucho más de un minuto.
Otro vampiro consiguió realizar un hechizo de ilusión, donde todos pudimos ver al profesor Leopard vestido de zarigüeya, Moira fué capaz de lanzar un hechizo de rama látigo con el dövme del brazo derecho que se estiró fuera de su brazo y cogió uno de mis bolígrafos mientras me sonreía con prepotencia.

Después de esa clase tocaba la primera de defensa mental y ya estaba lo suficientemente desanimada como para hacer novillos, el problema era que Kaly no me dejaba.
Llegamos a un aula donde sólo había una silla en el centro y un espejo de pared enorme frente a ella, todos nos colocamos en un círculo alrededor de la silla de madera, en esta clase había más gente que en la anterior y Kaly me explicó que había dos grupos distintos de segundo curso en las clases comunes y que por desgracia, en la de defensa personal física estaríamos todos los vampiros de la casa (yo me incluyo) y tendría que soportar a Evan, pero me alegró poder tener una buena oportunidad de encontrar allí a el tal Shane Darkness sin levantar sospechas.
Riley y Adam estaban en la sala, les saludé con la cabeza y me senté en el extremo que quedaba libre.

Entró un vampiro muy atractivo que aparentaba tener unos 40 años humanos, el mito de que los vampiros no envejecen no es cierto, todos envejecen hasta la edad que quieran y luego paran de hacerlo, después seguirán siendo inmortales con la edad que hayan elegido quedarse.

- Buenas noches – miré sorprendida por la ventana para asegurarme. Ya había comenzado anochecer – soy el profesor Demos y en mi clase os enseñare a evitar que un Ibliseri o un vampiro con dones mentales os pueda volver locos. Yo tengo el don de la dipoquinesis, es decir que puedo penetrar en vuestras mentes y hacer que veáis y creáis lo que yo quiera, pueden ser cosas bonitas o destructoras y pueden volveros paranoicos, los Ibliseri utilizan un don muy parecido a este para torturar – en ese momento me tragué el chicle, no sabía que esos malditos demonios pudieran hacer eso, además de ser unos increíbles cazadores.

Todos fuimos pasando por turnos a sentarnos en la silla, y el profesor nos dió unas nociones básicas de cómo evitar que enloqueciéramos y pensáramos que las imágenes eran ciertas.
Un hada terminó llorando como una magdalena porque la había hecho creer que había perdido una pierna, la chica realmente no podía ver que la pierna estaba en su lugar.
Cuando le tocó el turno a Riley le preguntó algo realmente interesante al profesor.

- Señor Demos ¿hay alguna manera de evitar que entren en tu cabeza? ¿O solo podemos concentrarnos para no volvernos locos? – interrogó mientras se dirigía a la silla.

- Nadie es capaz de cerrar su mente a los poderes mentales, ya seas un vampiro, un cambiaformas o un hada, solo algunos humanos a los que se les denomina telépatas pueden evitar que entren en su cabeza, pero no hay muchos humanos con esos poderes, no he conocido a ninguno en mis mil doscientos años - ¿mil doscientos años? Waohh.

Riley paso la prueba con un aprobado raspado, pues la había hecho creer que estaba ciega y se había puesto muy nerviosa al darse cuenta de que no veía.
Luego me toco a mí, el señor Demos me sonrió mientras me sentaba en la silla, después fijo su mirada en mí y sentí un calor extraño en mi cabeza, pero nada más.
Demos parecía decepcionado y volvió a intentarlo, esta vez el calor fue más intenso, pero seguía sin pasar nada.

- Increíble – dijo el asombrado profesor, con aquella sola palabra supe que no solo no conseguiría volverme loca, sino que tampoco conseguiría entrar en mi cabeza – eres la primera persona que conozco capaz de resistirse a mis poderes – su voz era de asombro y admiración, para mi alivio no estaba enfadado – siéntate Srta. Summer, ya charlaremos sobre este maravilloso don de resistencia mental que te ha otorgado Érebo – dijo con una sonrisa.

Toda la clase pasó por la silla y cuchicheo sobre mi don o, como habían empezado a llamarlo, mi “cabeza dura”
Cuando terminó la clase me marché con Kaly antes de que nadie me parara para preguntar o decirme cualquier cosa, pero Adam y Riley fueron más rápidos que yo.

- Dawn, eso que has hecho es alucinante – dijo Adam.

- Es que no he hecho nada – le contesté.

- Debe ser un don, todos tenemos alguno, pero el tuyo es realmente práctico – dijo Riley con algo de envidia.

- Bueno, supongo que algo bueno tendría que tener ¿no?, en la clase de magia elemental ha hecho un trabajo penoso – dijo Kaly dándose cuenta de que lo único que quería era pasar desapercibida.

- Bien, ya nos veremos – contestó Adam agarrando a Riley por la cintura y marchándose desilusionados por el cometario de Kaly.

- Gracias, odio ser el centro de atención – le dije a ésta con una sonrisa.

- Es la primera vez que me dan las gracias por sacar un defecto de alguien para ahogar con él una gran virtud – dijo Kaly devolviéndome la sonrisa. Antes de doblar la esquina agarró mi mano y tiró de mí hasta el gimnasio.

Nos cambiamos de ropa en los vestuarios y nos pusimos el chándal color vino del instituto, el conjunto de pantalón y camiseta me quedaba bien. No me había fijado en lo bonita que era Kaly, hasta con el chándal de SubMundo estaba preciosa, su pelo moreno y sus ojos azul cielo eran sus rasgos más distintivos, pero su figura era espléndida, era igual de alta que yo pero más delgada y estilizada, no tenía tanto pecho ni tanto culo como una servidora, si Kaly hubiese sido más alta podría haber llegado a ser una Top Model.
Todos los residentes de la casa de Érebo nos fuimos reuniendo en el gimnasio. Había dos grupos muy numerosos, unos eran los de tercer año y el resto éramos los dos grupos de segundo, me había equivocado al pensar que averiguaría rápido quien era el tal Shane.
Hugo me saludó con la mano desde la esquina donde estaban los chicos y chicas de tercero, le devolví el saludo y pude ver detrás de él al mujeriego engreído rodeado esta vez por cinco féminas muy bonitas, puse cara de asco y me giré hacia mi propio grupo, Hugo se dio cuenta y me sonrió muy divertido.

Llegó el profesor Sortus, un vampiro enorme, y cuando digo enorme quiero decir gigante, tenía muchos músculos y al menos medía dos metros, deseé no tener que pelear nunca contra él.
Nos pusimos por parejas (yo con Riley) y comenzamos con algunas de las llaves de defensa más elementales mientras que el grupo de tercero prácticamente se daba de ostias entre sí.
Después de media hora practicando llaves y golpes, el profesor nos mandó parar.

- Bueno chicos, ahora me gustaría que formarais parejas con uno de segundo año – dijo dirigiéndose a los alumnos de tercero. Deseaba con todas mis fuerzas que Hugo fuera mi pareja, pero está visto que mis deseos no se cumplen nunca y mi peor pesadilla se hizo realidad cuando Evan Shadows se puso frente a mí con una sonrisa triunfal en su bonito rostro.
No me fijé con quién le había tocado a Riley, no tenía ojos para todo y tenía que estar atenta para intentar esquivar los golpes de Evan, pero antes de que este empezara a darme porrazos el profesor se acercó a nosotros.

- Evan, debes tener cuidado e intentar que tus movimientos sean más humanos que vampiros – le dijo frunciendo el ceño y sabiendo en su interior que Evan haría lo que le viniera en gana.

No me dio ningún golpe, pero me hizo todo tipo de llaves y con cada una de ellas yo acababa despatarrada en el suelo y él se reía, intentaba atacarle como nos había dicho el profesor pero no era capaz de alcanzarle, y con cada intento fallido me ponía más y más furiosa.
De repente la ira se apoderó de mí cuerpo y le ataqué con todas mis fuerzas, se deshizo de mí y me lanzó al suelo, y en ese momento embestí como una chica humana y le pillé desprevenido. Hinqué mi pie derecho en sus pelotas con una precisión extraordinaria. Se dobló y cayó de rodillas agarrando sus partes y maldiciendo. Vampiro o humano un puntapié en la entrepierna los dejaba fuera de combate, aunque imaginé que se curaba más rápido que los humanos, esto me iba a costar una buena paliza.
Todas las peleas pararon para prestarnos atención y el profesor se dirigió como una flecha a donde estábamos.

- ¿Qué ha pasado aquí? – preguntó mirándome sorprendido.

- Lo siento, me he puesto nerviosa y le he dado una patada en… sus partes – dije pareciendo avergonzada.

- Bueno, en la lucha cuerpo a cuerpo todo vale - dijo el profesor Sortus apretando sus labios para evitar sonreír – pero Srta. Summer, no vuelva a realizar esa… maniobra ¿de acuerdo? – yo asentí mientras Evan se levantaba y me fulminaba con la mirada, me acerque a él.

- Sí, Sr. Shadows, lo siento mucho – le dije intentando que mi triunfo no se reflejara en el tono de mi voz. Evan me miró y después al profesor y asintió dando a entender que aceptaba la disculpa, aunque ambos sabíamos que no sería así y que se tomaría una buena venganza contra mí.

- Sr. Shadows ¿puede continuar? – preguntó el profesor, él asintió con la cabeza – de acuerdo, elija a otro compañero y después de la clase pasa por la enfermería para que la profesora Stock le revise, no quiero más problemas hoy – no había engañado al Sr. Sortus, sabía que se vengaría de mí y quería evitar que fuera durante su clase.

- Yo me pondré con ella – dijo Hugo, que se había parado detrás de mí, el profesor asintió y se retiró dejándome con mi nuevo compañero.

Hugo me dejó practicar más los golpes y no me tiró demasiadas veces al suelo, de lo que le estuve realmente agradecida.
La clase terminó y todos nos dirigimos a los vestuarios, pero antes de entrar en el de chicas me choqué con alguien. Era el vampiro arrogante del harén. Debía de reconocer que jamás había visto a nadie tan guapo. Él me miró con el ceño fruncido.

- Disculpa – le dije por haberle atropellado.

- No me has hecho daño – dijo con una voz que recorrió mi cuerpo de una punta a otra, las imágenes de él desnudo sobre mi cama volaron por mi mente, pero rápidamente las atajé antes de sonrojarme ¿en qué narices estaba pensando? Pero nuestros ojos seguían conectados y su mirada atrapaba la mía, me gustaría decir que era magia o amor pero solo eran las malditas hormonas. Aparté la mirada de él cuando una vampiresa me golpeó en el hombro para acercarse y besarle en la boca de manera muy poco apta para cardiacos, pero mientras le devolvía el beso el chico no aparto la vista de mis ojos.
Me giré y caminé hacia el vestuario sintiéndome extraña y regañándome a mi misma por desear ser yo la vampiresa que estaba besándole. Era un engreído y un chulo, además tenía un montón de mujeres, lo que me parecía de lo más desagradable y por nada del mundo me iba a unir a su colección de chicas.
Me cambié de ropa en silencio y luego intenté localizar a Kaly en el vestuario, estaba hablando con una chica cerca de las taquillas de las duchas. Me acerque a ellas.

- Hola, ¿nos vamos? – pregunté

- Sí – dijo mientras la otra vampiresa se marchaba lanzándonos una sonrisa como despedida.

- ¿Quién es?- le pregunté a Kaly mientras salíamos del edificio centro y recorríamos el campus hasta nuestra casa.

- Es Lucía Reyes, es muy agradable y estuvo saliendo con Evan – dijo mientras me miraba y sonreía – le ha encantado lo que le has hecho – aclaró.

- Me alegro, aunque creo que traerá nefastas consecuencias – dije con resignación.

- No lo dudes y vigila tu espalda ¿vale? – me dijo algo preocupada.

- ¡Hey! No te preocupes, se cuidarme sola – no estaba muy segura de eso pero si había podido dejarle K.O una vez intentaría hacerlo de nuevo, si un método te funciona ¿Por qué vas a cambiar?

- Tengo hambre – dijo Riley para cambiar de tema.

- Sí, yo también ¿nos da tiempo a ducharnos y bajar al comedor? – pregunté

- Sí, te espero en la mesa con Hugo ¿vale? – yo asentí y las dos nos metimos en nuestros respectivos cuartos.

Después de una ducha reparadora, me puse unos viejos vaqueros desgastados y mis botas militares, Evan tenía que dar gracias de que no llevara mis botas con puntera reforzada de acero, si le llego a pillar con este calzado estoy segura de que el golpe hubiese sido mucho más doloroso.
Cuando bajé al comedor ya estaba casi todo el mundo sentado, yo cogí en el bufet unos espaguetis y un yogurt y me senté junto a Hugo y Kaly.
Mientras comíamos en silencio divisé otra vez al vampiro prepotente que me miraba por encima de su harén desde la otra punta del comedor. La risa de Hugo me sacó de mi trance.

- ¿Qué pasa? ¿De qué te ríes? – le pregunté, tocándome la barbilla por si tenía alguna mancha de tomate de la comida.

- Eres la primera mujer que conozco capaz de darle una patada en las pelotas a un vampiro y mirar a Shane Darkness con asco – la sangre se me subió a la cabeza.

- ¿Quién es Shane Darkness? – pregunté si parecer eufórica.

- El vampiro guapo que está con tantas mujeres – contesto Kaly. Vaya, genial – además es un engreído, nunca ha llegado a nada con ninguna de ellas, seguramente sea impotente y no quiere arriesgarse a que una de sus fans quede decepcionada y lo vaya contando por el instituto.

- ¿Le miro con asco? – aunque realmente lo que me daba asco era su harén y su prepotencia, nunca pensé que mis emociones se reflejaran con tanta claridad en mi cara.

- Sí – contestaron al unísono Hugo y Kaly, que comenzaron a reírse.
Pasamos la hora de la comida charlando y riendo, dejé de preocuparme demasiado pronto de las represalias de Evan y comencé a urdir mentalmente un plan para poder hablar con Shane Darkness y contarle lo que había escuchado, pero por desgracia tenía que ser en privado y siempre estaba con alguna chica o varias.
Después de la comida tuvimos dos clases más, la de historia sobrenatural, que impartía la madre de Even Star, ahora la mejor amiga de Moira, y otra clase sobre anatomía.
Eran las once y media cuando Kaly y yo nos dirigíamos por el campus a los dormitorios, aunque antes tenía que hacer una parada obligada, así que quedé con ella en el comedor.
En recepción había un listado con los números de habitaciones y sus respectivos ocupantes. Busqué la de Shane Darkness. Su habitación estaba a tres puertas de la mía, pero su compañero de cuarto era ni más ni menos que Evan Shadows, lo que me dificultaría un poco hacerle una visita.
A Evan le había visto en el salón, pero no había ni rastro de Shane, era ahora o nunca, así que subí corriendo las escaleras y me paré frente a su puerta. Llamé muy flojito con mis nudillos.

- ¿Si? – dijo mientras abría la puerta. No podía haberse sorprendido más aunque yo tuviera la cabeza de un periquito en la boca - ¿tú? – Dijo sorprendido, luego ensanchó su preciosa sonrisa - ¿quieres meterte en mi cama? Vaya, tu sí que vas al grano.

- No gilipollas, tengo que hablar contigo y es importante, ¿puedo pasar? – no sabría decir si estaba desilusionado o cabreado.

- Pasa –dijo echándose atrás para facilitarme la entrada.

- Está bien, voy a ir al grano, esta mañana cuando todos estábais dormidos he bajado a dar un paseo y he escuchado a alguien hablando a escondidas entre los matorrales de la parte trasera de la casa. Alguien te la va a jugar o va a tratar de conseguirte para la Dama Negra, quieren raptarte y tienes que estar vivo, el secuestro o lo que sea se realizará el día del eclipse y volverán a reunirse la primera luna menguante a media noche en el mismo sitio – su expresión era ilegible, no había dicho ni una sola palabra.

- ¿Por qué me avisas? – preguntó mientras reflexionaba.

- ¿Por qué no? – ahora la sorprendida era yo.

- Pensé que no te gustaba o que me odiabas – dijo pareciendo triste por ello, aunque luego se recompuso con su habitual prepotencia – bueno ¿y qué quieres que haga? – buena pregunta, ¿Qué hay que hacer? ¿Decírselo a alguien?

- Quizás deberías decírselo a la directora – dije no muy convencida

- No, no sabemos quienes están implicados, es mejor que vayamos a su reunión la noche de luna menguante y veamos quienes son – dijo pensativo, no pareció extrañarle que la Dama Negra le quisiera.

- ¿Por qué te quiere la Dama Negra? – pregunté, no perdía nada por intentarlo.

- Porque soy muy guapo – contestó sonriéndome, parecía ser un chico inteligente, pero con estas tonterías lo echaba todo a perder. Si no quería contármelo no insistiría, no quería que pensara que me interesaba por él ni un poquito.

- Bueno, ya estás avisado, me voy – dije dirigiéndome a la puerta, pero él me agarró del brazo y me giró para enfrentarle.

- ¿Vendrás conmigo la noche de luna menguante? – me preguntó atrapando mi mirada en sus increíbles ojos verdes.

- ¿Por qué iba hacerlo? – le dije, aunque la verdad me moría de ganas por averiguar cuál era el motivo por el que el hada más sangrienta de todos los tiempos le quería.

- Por favor – lo dijo más como una pregunta que como una petición, ¿Quién era yo para decirle que no a un nuevo lio que seguramente sea peligroso?

- Muy bien, pero nadie debe vernos hablando –le dije soltándome de su agarre, que cada vez era más una caricia que un apretón. Intenté girarme otra vez hacia la puerta pero él se echó encima mía y me apretó entre su cuerpo y la pared. Había lujuria y deseo en sus ojos, pero también mucha arrogancia. Sopesé darle un rodillazo en la entrepierna, pero nuestros cuerpos estaba muy juntos para moverme con rapidez y mi pulso comenzaba a latir en mis oídos ¿miedo? o ¿anticipación?

- Bésame – dijo con una voz que recorrió todo mi cuerpo y comenzó a generar un calor extraño pero no desconocido en mi mente.

- No –dije mirándole furiosa, su expresión pasó de la arrogancia al desconcierto en menos de un segundo y entonces comprendí lo que acababa de hacer.

Había intentado dominar mi mente y doblegar mi voluntad, y el calor que había sentido recorrer mi cabeza había sido muy parecido al que me había provocado el profesor de defensa mental, pero al igual que él, Shane había fallado – no puedes hacerme eso, ya deberías saberlo, los rumores se extienden con mucha rapidez en SubMundo – dije, empujándole lo más fuerte que podía, él se desplazó lo suficiente para dejarme salir de la prisión de su cuerpo. Seguía algo desconcertado aunque su máscara de superioridad fue volviendo poco a poco a su cara.
- Pensé que mis poderes eran más fuertes que los del profesor Demos – dijo dándose la vuelta y sentándose en su cama. Se veía muy guapo y su cuerpo era espectacular, el calor volvió a recorrerme mientras le miraba.

- Pues no pareces muy poderoso – dije con recochineo mientras salía de la habitación dando un portazo y me alejaba de la tentación.

¿Quién coño se había creído que era para intentar someterme? ¿A cuántas chicas les habría hecho lo mismo?
Fui directamente a reunirme con Kaly y Hugo para cenar.

- ¿Dónde has estado? – preguntó Hugo.

- Mirando unas cosas – contesté sin darle importancia, en ese momento Riley y Adam entraron por la puerta de la cafetería y se sentaron con nosotros mientras recibían algunas miradas desconcertadas de algunos vampiros.

- Mañana hay una fiesta – dijo Riley muy eufórica - ¿Os apuntáis verdad?

- ¿Cuándo he faltado yo a una fiesta de los cambiaformas? – preguntó Kaly con fingida sorpresa, Hugo se rió con esa suave voz de terciopelo moviendo la cabeza de un lado a otro con resignación.

- Nunca has faltado a una, te diviertes y bebes demasiado – dijo Hugo mientras tomaba un trago de su vaso.

- Si hay alcohol contad conmigo – dije mientras me metía un trozo de pollo en la boca. Todos se rieron y me miraron con sorpresa - ¿Qué pasa? ¿Por qué me miráis así?

- Siempre hay alcohol, pero los seres sobrenaturales lo toleramos de forma distinta, me preguntó ¿Cuántas copas aguantarás tú antes de desplomarte?, a Kaly hace falta llenarle al menos veinte cubatas para que se emborrache, a Riley y a mí nos sobra con doce.

- Siento decepcionaros, pero a mí me afecta como a un humano, así que con cuatro basta para tumbarme – contesté.

- Perfecto, nos apuntamos los tres ¿a qué hora? – dijo Hugo con más entusiasmo del que tenía Kaly.

- A media noche en la cueva – dicho eso Adam y Riley se despidieron y se marcharon por donde habían venido.

- ¿Qué es la cueva?

- Detrás de la casa de Gaya hay un pequeño bosque con una cueva que conduce a una pequeña gruta muy bien acondicionada para las fiestas privadas y con un increíble suministro de alcohol – explicó pacientemente Kaly.

Después de estar un rato charlando en el salón, los tres subimos a dormir a nuestras respectivas habitaciones.
Cuando entre en mi cuarto vi en el suelo un sobre naranja que había sido pasado a trasvés del filo de la puerta, lo dejé encima de la cama mientras me ponía el pijama, cuando estuve lista para dormir me subí a la cama y lo abrí.

Querida Dawn:
Siento mucho haber intentado violar tu mente esta noche, espero que me perdones.
Atentamente,

Shane D.

Tuve que leer la nota dos veces para asegurarme de que no me lo había imaginado, el niñito prepotente sabe como pedir disculpas, esto era algo nuevo.
Guardé la carta en el primer cajón de mi mesilla mientras sentía un ligero cosquilleo de satisfacción en mi estómago, me pregunté si el también iría a la fiesta de los cambiaformas para poder verle. ¿Estaba loca? ¿Por qué demonios querría volver a verle?
Seguramente estaba cansada y confundida, nunca podría estar con un tipo como Shane y mucho menos podía permitirme el lujo de sentir algo por él cuando siempre estaba rodeado de mujeres que hacían su voluntad… ¿por eso triunfa con las chicas?¿las doblega? ¿Debería avisar a alguien de su comportamiento? No estaba segura de que las chicas no estuviesen con él por propia voluntad, tenía que reconocer que el mundo sobrenatural era mucho más liberal que el humano y aunque me fastidiara admitirlo, el chico era muy guapo y atractivo por sí solo, de todas formas, si Shane Darkness usaba su don para estar con las chicas, a estas alturas alguien se hubiera quejado.
Las sábanas color chocolate de mi cama eran muy suaves y calentitas, aunque todavía estábamos en mitad del otoño las temperaturas caían demasiado durante la noche y las casas no contaban con calefacción, lo iba a pasar realmente mal durante todo el invierno.
Me acomodé despacio entre las finas mantas y me acurruqué pacíficamente para poder conciliar el sueño. Al cabo de un rato mis pensamientos y cavilaciones se fueron transformando en sueños y caí rápidamente en los brazos de Morfeo.

6 comentarios:

**Joha** dijo...

Diooosss santísimo Dawn... Has superado al 1000% las expectativas... Excelente historia.. Me encanta.. Continúa así chica.. Ya no puedo esperar a ver de q viene todo el misterio de Shane con la dama negra.. y q va a suceder entre él y Dawn Summer.. Voy a morir esperando el 8vo capítulo.. Espero q no tardes en colgarlo.. Besos miss Dawn!!

Kaeli dijo...

me ha encantadooo!
te juro en serioo!
yo estoy haciendo una y...uff ojala fuera la mitad de buenaaa!
sigue asii^^
y pasate por la mia y me ayudas a mejorar pliis^^

Isabel dijo...

Dawn esta increible! En cada capitulo te superas!! Ya estoy deseando leer el siguiente capitulo para saber más sobre Shane...

Jade dijo...

Excelenteee!¡ mee encanta el capítulo de verdaad... yo tambien coincido con Johaa.. te has superaado, chicaa! esta historiaa me deja siempre con ganas de maas... jaja.. esperoo ansiosa el siguiente capiituloo!!!


BESOOS

mayte dijo...

muy chuloo me gusta mucho espero que no tardes mucho en subir el proximo capitulo me voy a morir de impaciencia jeje bsS
MAYTE

Ryssa dijo...

fascinante , estoy en total acuerdo con todos, y definitivament estoy ansiosa por el siguient caitulo, no nos hagas sufrir con la espera