.
Desperté en los brazos de Evan, estábamos entrando en la casa de Érebo.
- ¡Josh! ¿Dónde está? – le pregunté mientras me revolvía para que me dejara en el suelo.
- Estoy aquí – dijo este con voz tranquilizadora. Me acerque a él y lo abracé muy fuerte olvidándome de la directora, Evan o Shane que estaban a nuestro alrededor.
- Tenéis que venir todos a mi despacho, hay muchas cosas de las que hablar – dijo Black con tono neutro.
Josh y yo andamos juntos por los pasillos seguidos por Evan y Shane, cuando llegamos a la oficina de la directora, esta abrió la puerta y nos dejó pasar a todos primero. No sentamos y esperamos a que ella tomara asiento frente a su escritorio. No me había dado cuenta que el padre de Shane ya no estaba con nosotros.
- Hoy ha sido un día muy interesante, lo primero que quiero saber es Cómo le hiciste eso a La Dama Negra – me preguntó. Yo le explique detalladamente todo sobre los recuerdos felices y la alegría que había utilizado en su contra, Black parecía igual de orgullosa que una madre viendo recitar a su hijo pequeño un poema de Neruda.
- Eso fue increíble y nos salvó el culo a todos – me resultó extraño escucharla hablar así, pero me gustaba cuando se soltaba la melena – ahora relatarme todo desde el principio.
Y así lo hicimos, le contamos todo lo que había pasado y ella nos explicó que le habían robado las runas y que por eso no pudo hacerle llegar la sangre a Shane, nosotros no dimos explicaciones de cómo se había alimentado, pero lo dimos a entender cuando le explicamos que gracias a mi sangre Shane fue capaz de doblegar a un Ibliseri, gracias a dios, la directora no pidió demasiados detalles.
También nos explicó que Hugo y Riley nos habían localizado por el vial con la sangre de Shane que tenía la profesora Stock. La directora me confirmó lo que yo ya había sospechado, el cuaderno que había en mi mochila era Evan, y por supuesto había oído todo lo que había pasado con Shane en la habitación.
- Ahora viene lo más desagradable de todo esto – dijo la directora mirándome solo a mí – él es humano y sabe demasiado, ¿sabes cuál es la ley en estos casos? – la muerte, esa era la ley pero no pensaba permitirlo y me moví rápidamente al lado de Josh.
- Nadie le va a tocar ni un pelo mientras viva – dije con mi voz más dura y áspera que nunca.
- Solo hay tres opciones Srta. Summer – no conocía la otras dos, se debió de ver reflejado en mi rostro porque la directora comenzó a explicármelo. Shane, Evan y Josh se mantenían en silencio sepulcral – La opción numero uno es la muerte, pero veo que eso no lo va a permitir, la segunda opción es casarse con él – mi cara se debió de poner blanca porque Black hizo una pausa y todos me observaron, después de comprobar que no iba a decir nada prosiguió – y la tercera opción es que se quede aquí dos días y que regrese a su casa con un hechizo “lengua anudada”.
Genial, solo podría salvar a Josh casándome con él o atándole la lengua para evitar que contara nada sobre nosotros. No quería casarme con él, así que la única opción que me quedaba era la del hechizo, esperaba de corazón que Josh no se tomara mal mi decisión.
- Tercera opción – dije. Vi que Shane se giraba hacia la directora con una sonrisa en la cara. Evan me miraba divertido.
- Por mi bien – dijo Josh agarrando mi mano - ¿En qué consiste el hechizo? – preguntó.
- El hechizo tarda dos días en crearse, y evita que te vayas de la lengua, pero si algún día decides contar algo, mueres de un ataque cardíaco– aclaró amablemente la directora.
- Estoy dispuesto – dijo firmemente
- Yo también – afirmé.
- Pues ya está solucionado, mientras esté en SubMundo compartirá su habitación Srta. Summer – Shane pareció incomodo y se removió inquieto en la silla, Evan todavía parecía divertirse con el asunto.
Nos marchamos del despacho mientras la directora nos aseguraba que hablaría con la madre de Josh para explicarle algunas cosas antes de llevarle de regreso.
Josh y yo nos dirigimos a mi habitación, donde ya habían colocado otra cama. ¡Jesús! Qué rapidez. Evan, que era más o menos de su talla le había prestado algunas ropas para poder ponerse.
- ¿Te importa que me duche? – me preguntó.
- Claro que no, está es tu habitación – contesté con una sonrisa. Josh se metió en el baño y se dio una larga ducha. Después de que se vistiera nos sentamos los dos en mi cama para charlar.
- Dawn, es increíble que no haya sospechado nada todo este tiempo – dijo mientras se acomodaba - ¿sabes? Me encanta el color de tus ojos y tu tatuaje – comentó sonriente.
- Estas marcas se llaman dövme – dije señalándome el ojo derecho - y con respecto a lo otro, tenía que ser buena engañándote – le dije lo más sinceramente posible.
- Está bien – dijo con sinceridad – ¡Vaya!, Llevas mi colgante – observó acercándose para tocarlo.
- No me lo he quitado en ningún momento – era la más absoluta verdad. En ese momento y sin previo aviso me besó, sus labios eran cálidos y suaves como el terciopelo, no pude reprimir un gemido y Josh lo interpretó como luz verde para tirarme sobre mi cama y colocarse encima de mí. Lo de tener hombres encima se estaba convirtiendo en una maldita costumbre.
- He deseado durante mucho tiempo hacer esto – me dijo en un susurro mientras levantaba mi camiseta y me dejaba expuesta en sujetador. Luego me besó otra vez, cada vez más impaciente. Le quería mucho, pero todavía no estaba segura de cómo me sentía con respecto a Shane. Le aparté.
- No puedo hacer esto ahora, Josh – le dije jadeante.
- ¿Qué pasa? ¿Es por el vampiro? – preguntó.
- No – mentí – todavía no sé lo que siento por ti, has sido mi mejor amigo durante mucho tiempo y quizás esté mezclando el cariño con el amor – esa fue la verdad más grande que había dicho en días.
- Creo que te entiendo – dijo levantándose de mi cama y sentándose en la suya – no tengo prisa y no te voy a agobiar – apuntó mientras me miraba.
Era muy guapo y su cabeza rapada siempre me había atraído de una manera demasiado obsesiva. Estaba segura de que seríamos una pareja muy feliz, si realmente nos amábamos, pero el amor no se puede forzar y si lo que sentía por él no era amor y nos acostábamos, acabaríamos mal. Él también lo sabía.
Esa noche (Bueno, día) dormí como una marmota, necesitaba recuperar fuerzas para ir al último día de clase del semestre, hoy los de tercer año se graduaban y se marchaban de SubMundo, el tercer curso solo contaba con un semestre.
Me desperté a las cinco y media de la tarde, Josh estaba sentado en mi escritorio leyendo “Seres mágicos. Leyendas y mitos”.
- Josh, ¿Cómo has dormido? – pregunté somnolienta.
- ¡Hey! Buenas tardes- dijo percatándose de que me había despertado - yo dormí como un tronco y tú también – afirmó.
- Sí, ha sido un sueño reparador, es un alivio que mañana puedas irte de este infierno – le aseguré mientras bajaba de la cama y me ponía mis zapatillas.
- Bueno… a lo mejor no quiero separarme de tu lado – dijo algo azorado.
- Ya hemos hablado sobre eso, no te molestes en esperarme, no sería justo para ninguno de los dos – dije con voz neutra mientras me iba al baño a cepillarme los dientes y a darme una buena ducha. Quería estar guapa cuando volviera a ver a Shane. ¿De dónde demonios salió esa estupidez? ni siquiera habíamos estado juntos, solo le había alimentado, bueno, algo más, pero tampoco creía que él lo hubiera dado importancia.
- Hay una fiesta ¿no? – me sobresaltó la voz de Josh al otro lado de la cortina de la ducha.
- Sí ¿Cómo lo sabes? – pregunté mientras me aclaraba el pelo.
- Ha venido Evan a dejarme un traje – un detalle por su parte, debía recordar darle las gracias por todo lo que había hecho por nosotros.
Al cabo de dos horas Josh y yo ya estábamos arreglados y listos para ir a la fiesta.
Recorrimos todo el camino hasta el edificio central en silencio, pero no era un silencio incómodo, entre nosotros nunca había habido esa clase de silencios en los que necesitas hablar para romper la tensión.
Llegamos al salón que estaba decorado de forma muy festiva y navideña y me di de bruces con Adam.
- Hola – me dijo algo tenso, luego miró a Josh y le saludó con la cabeza – siento mucho lo que hizo Riley –se disculpó.
- Tú no tenías nada que ver, no hace falta que te disculpes, ¿con quién sales ahora? – le pregunté rápidamente para cambiar de tema. No había visto nunca a Adam ponerse rojo, pero algo de rubor subió por sus mejillas.
- Estoy con Kaly – dijo tímidamente. Por supuesto yo ya lo sabía, Kaly no había podido esperar a contármelo y había dejado una nota por debajo de mi puerta.
- Me alegro un montón, es una chica excelente y también lo está pasando mal por lo de Hugo – teniendo en cuenta que su antigua novia era una zorra traidora, eligiendo a Kaly había mejorado considerablemente.
- Bueno, me voy a recogerla – dijo mientras se alejaba por donde nosotros habíamos venido. Quería mucho a Kaly, pero tenía que reconocer que era un poco promiscua, Adam le duraría menos que un chocolate en la puerta de un colegio.
Luego vi a Moira acercarse junto con su nueva y mejor amiga Even Star, la hija de la profesora Star.
- ¡Josh! – gritó mi hermanastra – nunca me imaginé que volvería a verte y mucho menos aquí – dijo con recochineo, luego se giró hacia mí – hola gritona – genial, nuevo mote – os presento a Even Star – di un asentimiento de cabeza y cogiendo a Josh por el brazo le aparté de Moira y su amiga.
Parecía que estaba colocado, pero pude reconocer los síntomas de la hipnosis generada por los dövmes de las hadas.
- Sus… cosas… se mueven – debí haberle avisado.
- Sí, se mueven. Procura no mirar fijamente un dövme, podrían hipnotizarte y hacer contigo lo que quisieran.
Paseamos por el salón saludando a algunas personas. Y me acerqué a hablar con Kaly, que acababa de llegar del brazo de Adam.
- ¿Cómo estás? – le pregunté preocupada, no había olvidado el hecho de que Hugo había sido su mejor amigo durante mucho tiempo.
- Bien, sigo algo… deprimida y furiosa – me explicó bajando la mirada – jamás pensé que fuera capaz de hacer algo así – levantó la cabeza capturando mi mirada – si no le hubieras matado tú, me hubiera encargado yo, ¿lo sabes verdad? – muy dentro en mi corazón sabía que Kaly no hubiese sido capaz de terminar con la vida de Hugo, pero asentí como respuesta. A mí no me había resultado difícil matar y ni siquiera sentía remordimientos por ello, seria algún inconveniente o una virtud de ser una Banshee.
Dejamos de hablar de ese tema y nos centramos en conversaciones más insustanciales.
En esos momentos me percaté de que Shane acababa de entrar en la fiesta y para mi desgracia no estaba solo, ni con su club de mujeres. Estaba muy acaramelado con una vampiresa rubia muy guapa, no era la primera vez que le veía con ella.
No sé qué pasó por mi cabeza en ese momento, pero los celos serían el primero de los sentimientos, luego el enfado conmigo misma por haber sido tan estúpida y después el más doloroso de todos, la decepción. ¿Cómo podía haberme enamorado de alguien como él? Tenía que sacar a Shane Darkness de mi cabeza.
Josh me agarró del brazo y aparté la mirada de Shane justo cuando el encontraba la mía, me giré y me marché en dirección contraria, juraría haber visto a Josh sonreír a Shane con superioridad, pero en ese momento no estaba de humor para regañarle.
La noche pasó sin ningún otro incidente y cuando por fin los de tercer año subieron a recoger sus diplomas pude acercarme a Evan.
- Evan, quería darte las gracias por todo – le dije con mi mejor sonrisa – no sé qué habríamos hecho sin ti.
- Gracias, pero era mi deber ayudar después de… lo que casi pasó – él y yo sabíamos muy bien a qué se refería, pero Josh nos miraba a ambos con cara de malas pulgas.
- ¿Dónde te vas a ir este año? – pregunté.
- Me quedo en SubMundo – dijo con una sonrisa – la directora necesita que haga un trabajo para ella.
- ¿Vas a ser profesor? – pregunté sorprendida por la ilusión y la alegría que había producido en mi el hecho de que se quedara.
- Bueno, no exactamente eso, voy a colaborar con la Directora en una pequeña investigación – era genial que la directora Black confiara en él y me alegraba mucho que no se fuera del instituto.
- Bueno, ya sabes, si algún día necesitas algo de una mísera estudiante pídemelo, te debo una por salvarme el culo – le dije entre risas.
- Bueno hay algo que me gustaría que hicieras – dijo con una sonrisa demasiado bonita – quiero un beso tuyo – pidió muy orgulloso, estaba claro que se lo merecía, sabía que en el fondo él pensaba que no sería capaz de hacerlo, así que actué.
Cogí su cara entre mis dos manos y le planté un beso en la boca, en un principio pareció muy sorprendido pero luego abrió su boca para dejarme acceso sin restricciones. Las sospechosas toses de Josh nos detuvieron y yo me separe de él mientras me reía.
Evan y yo echamos un vistazo a nuestro alrededor y vimos que algunas caras se habían girado para ver el espectáculo, incluso Shane lo había visto y nos lanzaba miradas envenenadas. Evan y yo rompimos a reír como dos críos y algunas personas nos miraron con desaprobación.
Después del episodio del beso, Josh y yo nos sentamos en un sofá que estaba sin ocupar.
- ¿Por qué has hecho eso? – preguntó Josh con voz neutra, aunque sabía que estaba enfadado.
- Porque me ha dado la gana Josh, no eres mi dueño – dije malhumorada – además no significa nada para mí – le aclaré
- ¿Vas a volver cuando salgas de aquí? – preguntó cambiando bruscamente de tema. Se me hizo un nudo enorme en la garganta.
- Ahora que lo sabes no hay motivo para que no te avise cuando vuelva – le dije sonriendo mientras notaba que mis ojos se llenaban de lágrimas. Le abracé, siempre me había sentido bien abrazando a Josh y estuvimos un tiempo meciéndonos juntos.
6 comentarios:
M encanta, m fascina, no tengo palabras para dscribirlo, es GENIAL de verdad mil gracias Dawn por compartir tu libro, ya estoy esperando mas jiji
FANTASTICO....kiero massssssss!!!!!! :)
Gracias chicasss
Fantastico!!!! Me encantan Josh y Shane... no me puedo decidir entre los dos jajajaja
Dawn, de verdad muchas gracias, me haces pasar momentos fantasticos cuando escribes =DD
Buenisimos! me encanta como escribes ya espero leer el siguente!
me encanta Shane, y todavia mas cuando se pone chulito, y a Dawn le gusta y lo sabe, lo siento mucho Josh pero espero qe Dawn se decida por el
Publicar un comentario