Cuando
desperté estaba en la mansión metida en mi cama. Miré el reloj de
mi muñeca y vi que había pasado un día entero desde el ataque de
los Ibliseri. También me di cuenta que solo faltaban dos días para
mi boda.
Salí
de la cama y me vestí con los pantalones del chándal de SubMundo y
una de mis sudaderas, cada día hacia menos frio, pero incluso
durmiendo en la primera planta, justo encima del salón, donde la
chimenea siempre estaba encendida, hacia demasiado frió para mí.
Baje
las escaleras y me dirigí al salón, antes de entrar por la puerta
un comentario hizo que me detuviera. No me gusta ser cotilla, pero en
ese caso era necesario.
-.
Dawn cada día esta peor – dijo Kaly con amargura.
-.
Lo que hizo el otro día fue una locura, un suicidio – apuntó
Evan.
-.
Pero se cargo a treinta de esos monstruos – dijo la directora
Black.
-.
Mi hija jamás a cogido una espada – la voz de mi madre taladró
mis oídos y me dejo de piedra. ¿Qué demonios hacia Loil allí?
-.
Pues le puedo asegurar Señora Summer que es una maquina – dijo
Evan orgulloso.
-.
¿No se supone que tu estabas en contra de lo que había hecho? –
preguntó Josh con recochineo.
-.
Sí, pero lo cortes no quita lo valiente, Dawn estuvo increíble con
la espada – insistió Evan.
-.
Tenemos que hablar con ella, seguramente la infelicidad en la que
esta sumida es la causa de que no pudiera matar a los Ibliseri con su
grito – dijo Victoria.
-.
Ni siquiera los pudo paralizar – apuntó Adam – fue de lo mas
extraño.
-.
Es mas que probable que sea todo por lo mal que se siente – dijo la
dulce Kaly – ¿no podemos hacer algo para que mejore? – pregunto
preocupada.
-.
Traerme a Shane – dije mientras entraba en el salón.
-.
¿estas despierta? – pregunto Josh.
-.
¿tu que crees? – le dije con una sonrisa - ¿Qué haces aquí
mama?¿están todos bien en casa? – pregunté, aunque en realidad
solo me interesaba saber si Marcus estaba bien, a Moira se la podían
comer los Ibliseri, que yo no iba a mover un dedo para impedirlo.
-.
Bueno… estoy aquí… por…. – dijo mirando a la directora en
busca de apoyo.
-.
Por la jodida boda – dije dándome cuenta de lo que pasaba.
-.¡No
hables así! – me regañó mi madre – si, estoy aquí por la
boda, te he traído el traje de novia – dijo mientras sonreía. No
sabia si mis orejas habían empezado o no ha echar humo, pero a
medida que lo pensaba me cabreaba mas.
-.
Voy a ir en vaqueros – dije mientras me sentaba junto a Josh. Este
me sonrió y choco mi mano contra la suya.
-.
Esta es mi chica, siempre dijo que se casaria en vaqueros – dijo
Josh divertido.
-.
Casi lo hago recuerdas – dije mientras recordaba nuestra breve
estancia en Las Vegas. Josh rememono el mismo momento y empezó a
reírse como un loco.
-.
¿De que hablabais? – preguntaron mi madre y Evan.
-.
Nada – contestamos Josh y yo al unísono.
Después
de varios minutos de confusión mi madre, Victoria y Evan empezaron a
hablarme de los preparativos y demás tonterías de la ceremonia. No
escuche absolutamente nada, ni siquiera estaba pensando en otra cosa,
mi mente estaba completamente el blanco. Llego un momento en el que
me acorde que Homer Simpson hacia exactamente lo mismo y me reí.
-.
¿De que te ries ahora? – pregunto mi madre recelosa - ¿nos has
escuchado? – preguntó está vez mas enfurecida.
-.
Si, si lo que vosotros digáis esta bien, enseñame ese vestido –
dije antes de que me siguieran interrogando.
-.
No has escuchado nada verdad – dijo Evan en mi oído. Le sonreí y
afirme con la cabeza.
-.
Nada de nada – le susurré.
Mi
madre me entrego un vestido ¿Blanco? Muy sencillo y de corte griego,
me recordó mucho al que llevaban puesto las sibilas la noche
anterior.
-.
Es muy bonito mama, pero no podía haber sido negro o rojo… - dije
intentando no ofenderle.
-.
Te casaras de blanco como las hadas – ladró mi madre.
-.
Si señor – dije poniéndome la mano en la cabeza a modo de saludo
militar.
-.
Estas un poco payasa hoy ¿no? – dijo Kaly mientras se descojonaba
de risa.
-.
Si, estoy en buena forma, me encuentro bien – y la verdad es que
era cierto, no me había dado cuenta hasta ese momento pero por fin
sentía que la pesadez que había llevado sobre la espalda desde que
habían secuestrado a Shane se había aligerado. Luego recordé algo
que no había comentado con nadie, una noticia que me había dado un
halo de esperanza, gracias a esa buena nueva, el plomo de mi corazón
pesaba menos, y aunque la noticia del consorte de Esteno me tenia mas
que acojonada decidí que lo mejor era no pensar en ello ni
contárselo a nadie. De pronto y porrazo la alegría subió por mi
pecho haciendo que soltara un pequeño gritito.
-
¿pero que te pasa? – preguntaron todos los que estaban en la sala.
-.
La pitia me dio una buena noticia – dije mirando a Evan – mi… -
en un principio me quede cayada, la verdad es que me daba corte
hablar de eso delante de mi madre – ¡Al carajo!, te entregue mi
virtud a ti, cuando pagué mi apuesta – le dije a Evan que agrando
los ojos en sorpresa.
-.
No, nosotros no lo hicimos – negó éste.
-.
La virtud antiguamente no era la virginidad, era… -otra vez se me
subieron los colores – que me viste desnuda coño, eso es la virtud
– aclaré mientras mi madre me fulminaba con la mirada y Victoria
se ponía de pie y saltaba emocionada.
-.
Eso es fantástico – decía la directora entre salto y salto, luego
paró de sopetón y lanzo una mirada enfurecida a mi muñeca – pero
también estas marcada por la maldición.
-.
Si, bueno de eso ya charlaremos… ¿Cuándo es la boda? – dije
para evitar que me crucificaran por mi estupidez de haber intentado
localizar a Shane.
-.
Pasado mañana, a las diez de la noche hay que estar en el salón de
actos del consejo – dijo Victoria.
-.
Muy bien, pues allí nos vernos – dije intentando aplazar mi
angustia.
-.
Yo vendré el día anterior y me llevare a Evan – dijo Victoria -
¿puedo hablar contigo a solas? – me preguntó para mi sorpresa.
Ambas caminamos hacia la cocina. Black cerro la puerta y enfrento mi
ojos.
-.
¿Qué ocurre? – pregunte sorprendida por la seriedad que mostraban
sus ojos azules.
-.
Corren rumores de que la Dama a matado a Shane y anoche recibí una
noticia extraña de Boca de una sibila, algo relacionado con un
hombre, un poderoso hombre que se aliará con la Dama Negra– me
dijo de sopetón. Mis rodillas no me aguantaron y me derrumbe sobre
una de las sillas de la cocina.
-
¿Cómo de fiables son esos rumores? – pregunté casi en un
susurro, sabia que lo del hombre malo era una información muy
fiable, solo esperaba que el resto no lo fuera, no podía ni pensar
en que Shane estuviese muerto, esa no era una opción.
-.
No estoy segura, quizás este haciendo circular esos rumores para que
te cabrees – dijo mas convencida de lo que yo estaba – Shane es
valioso, no creo que lo haya matado – me aseguró mientras se
acercaba a mi y tomaba mi mano – debes intentar que se cumpla la
profecía, tienes que alejarte de la maldición como si de la peste
se tratase, ¿entiendes? – yo asentí con la cabeza – la otra
noche una de las sibilas le profetizó un futuro incierto a Evan –
me dijo dejándome sorprendida. No había tenido tiempo de hablar con
él.
-.
¿Qué profecía? – pregunté intrigada y cada vez mas angustiada.
-.
Habla de su unión sentimental con una hija de dios, no sé lo que
significa, pero si él es el maldito y tienes que matarle todo eso no
tiene sentido – dijo mientras pensaba – creo que una de las
sibilas avisó a la Dama Negra de que os encontrabais allí y por eso
os emboscaron.
-.
¿Esa profecía de Evan puede ser falsa? ¿Es posible que lo hayan
hecho para desorientarme? – pregunté cada vez mas indecisa.
-.
Es probable, solo quiero que lo tengas en cuenta, es imposible que la
Dama supiera donde estabas, y no creo que ninguno de tus amigos sea
el traidor, lo mas probable es que sea una sibila – apuntó
enfadada. Lo del consorte de Esteno también podía ser un engaño
para asustarme y preocuparme, estaba claro, por el momento no iba a
pensar ni en la profecía de Evan, ni en la visión sobre el hombre
malo, me iba a centrar en encontrar todas las reliquias necesarias
para poder entrar en el reino de la Dama.
-.
Lo tendré en cuenta – le dije un poco mas convencida.
Dicho
eso ambas salimos al salón y nos reunimos con el resto. Adam y Kaly
estaban charlando sobre cosas insustanciales, mi madre se miraba
preocupada las manos que tenia sobre el regazo y Evan y Sarah se
estaba peleando. Sus discusiones se estaban volviendo una pesadilla
muy repetitiva ¿Por qué se odiaban tanto?
-.
Quedan tres horas para el amanecer, Loil y yo nos vamos – dijo
Victoria mientras se preparaba para abrir un portal.
-.
Vendré el día de la boda – dijo mi madre revolviéndome el
estomago. Me acerque a ella y la di un beso en la mejilla. No quería
estar enfadada con nadie, sobretodo teniendo en cuenta que era
probable que muriera en esta misión suicida.
-.
Te quiero mama, dale un beso a Marcus – a mi madre se le iluminó
la cara de felicidad y me devolvió el beso. Victoria y ella entraron
por el portal y desaparecieron.
-.
Cuéntame lo de la profecía – le dije a Evan interrumpiendo su
discursion con Sarah.
-.
Me dijo que cuando la luz volviera a brillar, una hija de dios y yo
seriamos uno solo, que nuestro amor era importante – dijo
sonrrojandose como un tonto.
-.
Eso si no te tengo que matar… vamos digo yo – apunté sonriendo.
Realmente no me sentía feliz, la posible muerte de Shane se había
llevado toda mi recierte energía, volvia a estar otra vez sumida en
el dolor y la perdida.
-.
¿Cuándo vamos a ir a ver a la princesa o lo que sea del mar? –
pregunto Sarah – esta vez quiero ir contigo Dawn – apuntó
fulminando a Evan con la mirada.
-.
Esta bien, esta vez tu y Kaly sereis las que me acompañéis –
dije.
-.
¡De eso nada! – dijo Evan – no vais a ir a ningún sitio sin un
hombre – Las tres chicas le miramos con rabia en los ojos y él dio
un paso atrás.
-.
El próximo comentario machista te lo tragas – le dije fulminándolo
otra vez con la mirada – te recuerdo que yo sola soy capaz de hacer
frente a lo que se me ponga por delante, ellas seguramente también –
ladré señalando a mis compañeras que asentían con la cabeza.
-.
No has cambiado nada. Me alegro – dijo Josh que se reia –
¿comemos?
-.
Si – dije mientras me dirigía a la cocina. Todos me siguieron
entre risas y comentarios.
Comí
algo de ternera y me bebí dos vasos de sangre, la verdad era que la
sangre me proporcionaba mucha mas energía que la comida humana, pero
no iba a dejar de comerla. El recuerdo de la sangre de Kaly pasaba de
vez en cuando mi cabeza. Su sabroso aroma y sabor todavía hacían
que me estremeciera.
Teníamos
que dejar apartada a un lado nuestra misión hasta que terminase todo
el rollo de la boda. Toda mi vida había mostrado a la gente lo que
sentía en cada momento. Quería llegar al salón de actos de la
corte vampiro y cargármelos a todos con un grito, quería fulminar y
odiar a los seguidores de Esteno que estuvieran presente, pero algo
en mi interior me dijo que no era buena idea, que no debía dejarle
ver a mis enemigos mis debilidades ni mis miedos. Después de rumiar
treinta veces la solución, decidí que lo mejor que podía hacer era
presentarme en la boda como si fuera el mejor día de mi vida,
aparentar ser la mujer mas feliz del mundo y joder de esa manera los
planes de Esteno. Ella me conocía relativamente bien y estaba
convencida de que iba a montar un buen pollo el día de la ceremonia,
estaba segura de que podría atraparme en ese momento y no tener que
esperar a que yo llegara a sus dóminos a plantarle cara. No pensaba
darle ese gusto, mi actuación en la boda se iba a llevar un Oscar de
la academia de cine.
Cuando
terminamos de comer nos sentamos en el salón alrededor de la
chimenea. No estaba participando demasiado en las conversaciones.
Kaly, Josh y Adam charlaban animadamente y Evan y Sarah discutían
también muy animadamente.
-.
¿chicos, por qué os odiáis tanto? – pregunté a la pareja que
andaba discutiendo sobre un hechizo extraño que podían realizar los
cazadores.
-.
Es una cría insoportable y metomentodo – dijo Evan cruzándose de
brazos. Le miré escéptica y levante una ceja.
-.
Tu eres un viejo anticuado metomentodo, ¿Qué diferencia hay? –
pregunté divertida mientras Sarah le miraba con la expresión que
tantas veces había visto en la cara de su hermano : “ves como
tenia razón, eso es lo que eres y punto”.
-.
No te metas conmigo – me dijo lanzándome una de sus sonrisas
rasgadas – es verdad que soy viejo, eso significa – dijo
fulminando a Sarah con la mirada – que tengo mucha experiencia…
¿quieres que te la demuestre? – preguntó de forma caliente.
-.
¡Para el carro vampiro! Es mi hermana y es menor – dijo Josh
levantándose del sofá.
-.
Bueno, me quedan ocho meses para ser mayor de edad – aclaró Sarah
de forma inocente. Todos la miramos pasmados. Ella rápidamente
interpreto nuestras miradas – eso no significa que vaya a dejar que
él me enseñe… quiero decir… que él .. bueno… que es un
jodido vampiro que él nunca… - balbuceó. Evan la miraba divertido
y arrogante, yo la saque del apuró recurriendo a mi gran habilidad
de reirme de mis propios problemas.
-.
Eso espero muñeca, porque este tio pasado mañana estará casado
conmigo, y además es probable que en la noche de bodas le tenga que
matar, ya sabes, por eso de tomar su vida – expliqué sin darle
importancia mientras me sentaba en el sofá junto a Evan.
Después
de que una pequeña tregua se instalara entre el vampiro y la
cazadora todos seguimos reunidos charlando de cosas sin sentido y
poco practicas. Mi cabeza no estaba junto a mi cuerpo, ni siquiera
participaba en las conversaciones. Solo pensaba en Shane. El miedo a
que estuviera muerto, solo era comprable con el miedo que tenia a que
hubiese sido torturado y todavía estuviera vivo en algún cuarto
oscuro recibiendo palizas y… no podía seguir pensando eso, la
oscuridad que me llenaba el cuerpo deseaba salir y encargarse de
todo, cuando pensaba en Shane, la sensación de angustia y dolor me
hacían mucho mas vulnerable a la criatura que vivía dentro de mi
alma.
Después
de varias horas, todos nos fuimos a dormir a nuestras respectivas
habitaciones.
Antes
de meterme en mi cama decidí pasar a la habitación de Shane, nadie
había tocado sus cosas, seguían igual que las había dejado. No
había entrado allí desde que se lo habían llevado, pero ahora
necesitaba algo, algo muy importante.
Me
agache y abrí su maleta que estaba a los pies de la cama, saque de
ella una camiseta roja con varias letras negras. La apreté fuerte
contra mi cara. El dolor en el pecho y la angustia se apaciguaron
cuando inunde mis pulmones con su esencia. La camiseta me hacía
sentir que estábamos cerca, sus olor inundaba mi cuerpo y mis fosas
nasales como si fuera una bálsamo, una crema especial para cubrir mi
corazón herido. Decidí dormir con su camiseta, me fui a mi cuarto y
me metí bajo las mantas mientras abrazaba la prenda como si fuera un
osito de peluche.
Fue
una gran idea dormir con la camiseta de Shane, los sueños y las
pesadillas donde revivía su secuestro me dejaron descansar esa
noche. No tuve sueños, ni desagradables ni agradables, solo tuve
descanso.
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