Shane
Hoy
era sin lugar a dudas el peor día de mi vida, cuatro ibliseri habían
entrado en mi celda esa noche y se habían ensañado conmigo, me
habían dado la peor paliza jamás vista, ya no sabia que hacer,
notaba como mi alma quería liberarse y dejarme morir, lo único que
me ataba a la vida era ella, era Dawn. El dolor de mis heridas era
desgarrador, la falta de sangre pura hacia imposible mi regeneración
y estaba tan débil que era incapaz de levantarme del suelo, la fría
piedra sobre la que estaba tendido calamaba el dolor de mis huesos y
me entumecía casi hasta la incosciencia, pero no podía rendirme, no
pensaba darle ese gusto a la Dama.
-.
Veo que te han hecho mucho daño – dijo Riley que acababa de entrar
en la celda. No tenia fuerzas para hablar y no quería desperdiciar
las pocas que me quedaban con ella – bueno, tengo algo que
enseñarte – escuché el traqueteo de algo que rodaba por el suelo,
pero no fui capaz de levantar la cabeza para mirarlo. Riley enfadada
se acercó a mi y levantó dejándome sentado contra la pared. Una
televisión se alzaba sobre un carrito al otro lado de la estancia –
quiero que veas lo poco que le importas a esa banshee, Shane, yo te
hubiese dado todo lo que necesitabas y la elegiste a ella, pues bien,
este es tu castigo – la cambiaformas encendió el monitor de la
pantalla y pude ver a muchos vampiros y cambiaformas situados
alrededor de un altar, era el altar de la corte vampiro. Allí en
medio de la multitud estaba Evan mirando con devoción hacia el otro
extremo de la sala.
Cuando
la cámara cambio el objetivo de su grabación pude ver a Dawn,
estaba preciosa con su vestido blanco, su jodido traje de novia y lo
que mas golpeó mi corazón, la sonrisa de alegría que habia en su
rostro, estaba feliz.
Algo
se resquebrajo dentro de mi cuando la vi sonreir y saludar a la
cámara como si no pasara nada, la confianza y el amor se
convirtieron en furia y desesperanza, ella no me amaba tanto como yo
habia pensado, ella se estaba casando con Evan, y lo estaba haciendo
feliz y encantada. Fue un suplicio mirar toda la ceremonia, las
lagrimas escocían en mis ojos y mi pecho dolia con ardor.
Todo
eso no podía estar pasando, no podía ser cierto, ¿Cómo podía
creer algo que viniese de mano de la Dama? ¿Podia ser un montaje?
-.
Ten, bebé, estas muy débil y aunque ella ya no te quiera, yo y la
dama si – Riley me dio un termo repleto de sangre pura y caliente,
no estaba mezclada con agua y su olor era delicioso – ¿la quieres?
¿quieres beberte la sangre?
-.
Si, quiero, damela por favor – dije con un hilo de voz, quizás
podría tener la suerte de que esa sangre me regenerara y me diera
las fuerzas suficientes para entrar en la cabeza de la puta
cambiaformas y doblegar su voluntad, quizás esa fuese la única
oportunidad de liberarme que tendría, la única oportunidad de salir
de ese agujero y aclarar las cosas con Dawn, era imposible que ella
se hubiese casado tan feliz y despreocupadamente con Evan. Cogí
torpemente el recipiente lleno a rebosar de ese elixir rojo que tanto
anelaba mi cuerpo y comencé a beber de manera desesperada, note como
mis colmillos crecían y como mi cuerpo se llenaba de una calidez muy
conocida y deseada.
Pero
en ese momento me di cuenta de que algo estaba mal. El sabor de la
sangre era demasiado exquisito, esa sangre era extraña, era….
Deje
caer el recipiente casi vacio y mire a Riley, ella me observaba con
una gran sonrisa en su cara, pero antes de que tuviera tiempo para
preguntar, algo extraño y oscuro comenzó a pasar dentro de mi
cuerpo, una oscuridad brillante y aterradora comenzó a comerse mis
entrañas, comenzó a devorar mi alma. Antes de caer desmayado lo
ultimo que vi fueron los ojos oscuros de la dama y su sonrisa, una
sonrisa que no auguraba nada bueno.
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