sábado, 23 de marzo de 2013

Capitulo 6





Cuando desperté estaba en la mansión metida en mi cama. Miré el reloj de mi muñeca y vi que había pasado un día entero desde el ataque de los Ibliseri. También me di cuenta que solo faltaban dos días para mi boda.

Salí de la cama y me vestí con los pantalones del chándal de SubMundo y una de mis sudaderas, cada día hacia menos frio, pero incluso durmiendo en la primera planta, justo encima del salón, donde la chimenea siempre estaba encendida, hacia demasiado frió para mí.

Baje las escaleras y me dirigí al salón, antes de entrar por la puerta un comentario hizo que me detuviera. No me gusta ser cotilla, pero en ese caso era necesario.



-. Dawn cada día esta peor – dijo Kaly con amargura.



-. Lo que hizo el otro día fue una locura, un suicidio – apuntó Evan.



-. Pero se cargo a treinta de esos monstruos – dijo la directora Black.



-. Mi hija jamás a cogido una espada – la voz de mi madre taladró mis oídos y me dejo de piedra. ¿Qué demonios hacia Loil allí?



-. Pues le puedo asegurar Señora Summer que es una maquina – dijo Evan orgulloso.



-. ¿No se supone que tu estabas en contra de lo que había hecho? – preguntó Josh con recochineo.



-. Sí, pero lo cortes no quita lo valiente, Dawn estuvo increíble con la espada – insistió Evan.



-. Tenemos que hablar con ella, seguramente la infelicidad en la que esta sumida es la causa de que no pudiera matar a los Ibliseri con su grito – dijo Victoria.



-. Ni siquiera los pudo paralizar – apuntó Adam – fue de lo mas extraño.



-. Es mas que probable que sea todo por lo mal que se siente – dijo la dulce Kaly – ¿no podemos hacer algo para que mejore? – pregunto preocupada.



-. Traerme a Shane – dije mientras entraba en el salón.



-. ¿estas despierta? – pregunto Josh.



-. ¿tu que crees? – le dije con una sonrisa - ¿Qué haces aquí mama?¿están todos bien en casa? – pregunté, aunque en realidad solo me interesaba saber si Marcus estaba bien, a Moira se la podían comer los Ibliseri, que yo no iba a mover un dedo para impedirlo.



-. Bueno… estoy aquí… por…. – dijo mirando a la directora en busca de apoyo.



-. Por la jodida boda – dije dándome cuenta de lo que pasaba.



-.¡No hables así! – me regañó mi madre – si, estoy aquí por la boda, te he traído el traje de novia – dijo mientras sonreía. No sabia si mis orejas habían empezado o no ha echar humo, pero a medida que lo pensaba me cabreaba mas.



-. Voy a ir en vaqueros – dije mientras me sentaba junto a Josh. Este me sonrió y choco mi mano contra la suya.



-. Esta es mi chica, siempre dijo que se casaria en vaqueros – dijo Josh divertido.



-. Casi lo hago recuerdas – dije mientras recordaba nuestra breve estancia en Las Vegas. Josh rememono el mismo momento y empezó a reírse como un loco.



-. ¿De que hablabais? – preguntaron mi madre y Evan.



-. Nada – contestamos Josh y yo al unísono.



Después de varios minutos de confusión mi madre, Victoria y Evan empezaron a hablarme de los preparativos y demás tonterías de la ceremonia. No escuche absolutamente nada, ni siquiera estaba pensando en otra cosa, mi mente estaba completamente el blanco. Llego un momento en el que me acorde que Homer Simpson hacia exactamente lo mismo y me reí.



-. ¿De que te ries ahora? – pregunto mi madre recelosa - ¿nos has escuchado? – preguntó está vez mas enfurecida.



-. Si, si lo que vosotros digáis esta bien, enseñame ese vestido – dije antes de que me siguieran interrogando.



-. No has escuchado nada verdad – dijo Evan en mi oído. Le sonreí y afirme con la cabeza.



-. Nada de nada – le susurré.



Mi madre me entrego un vestido ¿Blanco? Muy sencillo y de corte griego, me recordó mucho al que llevaban puesto las sibilas la noche anterior.



-. Es muy bonito mama, pero no podía haber sido negro o rojo… - dije intentando no ofenderle.



-. Te casaras de blanco como las hadas – ladró mi madre.



-. Si señor – dije poniéndome la mano en la cabeza a modo de saludo militar.



-. Estas un poco payasa hoy ¿no? – dijo Kaly mientras se descojonaba de risa.



-. Si, estoy en buena forma, me encuentro bien – y la verdad es que era cierto, no me había dado cuenta hasta ese momento pero por fin sentía que la pesadez que había llevado sobre la espalda desde que habían secuestrado a Shane se había aligerado. Luego recordé algo que no había comentado con nadie, una noticia que me había dado un halo de esperanza, gracias a esa buena nueva, el plomo de mi corazón pesaba menos, y aunque la noticia del consorte de Esteno me tenia mas que acojonada decidí que lo mejor era no pensar en ello ni contárselo a nadie. De pronto y porrazo la alegría subió por mi pecho haciendo que soltara un pequeño gritito.



- ¿pero que te pasa? – preguntaron todos los que estaban en la sala.



-. La pitia me dio una buena noticia – dije mirando a Evan – mi… - en un principio me quede cayada, la verdad es que me daba corte hablar de eso delante de mi madre – ¡Al carajo!, te entregue mi virtud a ti, cuando pagué mi apuesta – le dije a Evan que agrando los ojos en sorpresa.



-. No, nosotros no lo hicimos – negó éste.



-. La virtud antiguamente no era la virginidad, era… -otra vez se me subieron los colores – que me viste desnuda coño, eso es la virtud – aclaré mientras mi madre me fulminaba con la mirada y Victoria se ponía de pie y saltaba emocionada.



-. Eso es fantástico – decía la directora entre salto y salto, luego paró de sopetón y lanzo una mirada enfurecida a mi muñeca – pero también estas marcada por la maldición.



-. Si, bueno de eso ya charlaremos… ¿Cuándo es la boda? – dije para evitar que me crucificaran por mi estupidez de haber intentado localizar a Shane.



-. Pasado mañana, a las diez de la noche hay que estar en el salón de actos del consejo – dijo Victoria.



-. Muy bien, pues allí nos vernos – dije intentando aplazar mi angustia.



-. Yo vendré el día anterior y me llevare a Evan – dijo Victoria - ¿puedo hablar contigo a solas? – me preguntó para mi sorpresa. Ambas caminamos hacia la cocina. Black cerro la puerta y enfrento mi ojos.



-. ¿Qué ocurre? – pregunte sorprendida por la seriedad que mostraban sus ojos azules.



-. Corren rumores de que la Dama a matado a Shane y anoche recibí una noticia extraña de Boca de una sibila, algo relacionado con un hombre, un poderoso hombre que se aliará con la Dama Negra– me dijo de sopetón. Mis rodillas no me aguantaron y me derrumbe sobre una de las sillas de la cocina.



- ¿Cómo de fiables son esos rumores? – pregunté casi en un susurro, sabia que lo del hombre malo era una información muy fiable, solo esperaba que el resto no lo fuera, no podía ni pensar en que Shane estuviese muerto, esa no era una opción.



-. No estoy segura, quizás este haciendo circular esos rumores para que te cabrees – dijo mas convencida de lo que yo estaba – Shane es valioso, no creo que lo haya matado – me aseguró mientras se acercaba a mi y tomaba mi mano – debes intentar que se cumpla la profecía, tienes que alejarte de la maldición como si de la peste se tratase, ¿entiendes? – yo asentí con la cabeza – la otra noche una de las sibilas le profetizó un futuro incierto a Evan – me dijo dejándome sorprendida. No había tenido tiempo de hablar con él.



-. ¿Qué profecía? – pregunté intrigada y cada vez mas angustiada.



-. Habla de su unión sentimental con una hija de dios, no sé lo que significa, pero si él es el maldito y tienes que matarle todo eso no tiene sentido – dijo mientras pensaba – creo que una de las sibilas avisó a la Dama Negra de que os encontrabais allí y por eso os emboscaron.



-. ¿Esa profecía de Evan puede ser falsa? ¿Es posible que lo hayan hecho para desorientarme? – pregunté cada vez mas indecisa.



-. Es probable, solo quiero que lo tengas en cuenta, es imposible que la Dama supiera donde estabas, y no creo que ninguno de tus amigos sea el traidor, lo mas probable es que sea una sibila – apuntó enfadada. Lo del consorte de Esteno también podía ser un engaño para asustarme y preocuparme, estaba claro, por el momento no iba a pensar ni en la profecía de Evan, ni en la visión sobre el hombre malo, me iba a centrar en encontrar todas las reliquias necesarias para poder entrar en el reino de la Dama.



-. Lo tendré en cuenta – le dije un poco mas convencida.



Dicho eso ambas salimos al salón y nos reunimos con el resto. Adam y Kaly estaban charlando sobre cosas insustanciales, mi madre se miraba preocupada las manos que tenia sobre el regazo y Evan y Sarah se estaba peleando. Sus discusiones se estaban volviendo una pesadilla muy repetitiva ¿Por qué se odiaban tanto?



-. Quedan tres horas para el amanecer, Loil y yo nos vamos – dijo Victoria mientras se preparaba para abrir un portal.



-. Vendré el día de la boda – dijo mi madre revolviéndome el estomago. Me acerque a ella y la di un beso en la mejilla. No quería estar enfadada con nadie, sobretodo teniendo en cuenta que era probable que muriera en esta misión suicida.



-. Te quiero mama, dale un beso a Marcus – a mi madre se le iluminó la cara de felicidad y me devolvió el beso. Victoria y ella entraron por el portal y desaparecieron.



-. Cuéntame lo de la profecía – le dije a Evan interrumpiendo su discursion con Sarah.



-. Me dijo que cuando la luz volviera a brillar, una hija de dios y yo seriamos uno solo, que nuestro amor era importante – dijo sonrrojandose como un tonto.



-. Eso si no te tengo que matar… vamos digo yo – apunté sonriendo. Realmente no me sentía feliz, la posible muerte de Shane se había llevado toda mi recierte energía, volvia a estar otra vez sumida en el dolor y la perdida.



-. ¿Cuándo vamos a ir a ver a la princesa o lo que sea del mar? – pregunto Sarah – esta vez quiero ir contigo Dawn – apuntó fulminando a Evan con la mirada.



-. Esta bien, esta vez tu y Kaly sereis las que me acompañéis – dije.



-. ¡De eso nada! – dijo Evan – no vais a ir a ningún sitio sin un hombre – Las tres chicas le miramos con rabia en los ojos y él dio un paso atrás.



-. El próximo comentario machista te lo tragas – le dije fulminándolo otra vez con la mirada – te recuerdo que yo sola soy capaz de hacer frente a lo que se me ponga por delante, ellas seguramente también – ladré señalando a mis compañeras que asentían con la cabeza.



-. No has cambiado nada. Me alegro – dijo Josh que se reia – ¿comemos?



-. Si – dije mientras me dirigía a la cocina. Todos me siguieron entre risas y comentarios.



Comí algo de ternera y me bebí dos vasos de sangre, la verdad era que la sangre me proporcionaba mucha mas energía que la comida humana, pero no iba a dejar de comerla. El recuerdo de la sangre de Kaly pasaba de vez en cuando mi cabeza. Su sabroso aroma y sabor todavía hacían que me estremeciera.



Teníamos que dejar apartada a un lado nuestra misión hasta que terminase todo el rollo de la boda. Toda mi vida había mostrado a la gente lo que sentía en cada momento. Quería llegar al salón de actos de la corte vampiro y cargármelos a todos con un grito, quería fulminar y odiar a los seguidores de Esteno que estuvieran presente, pero algo en mi interior me dijo que no era buena idea, que no debía dejarle ver a mis enemigos mis debilidades ni mis miedos. Después de rumiar treinta veces la solución, decidí que lo mejor que podía hacer era presentarme en la boda como si fuera el mejor día de mi vida, aparentar ser la mujer mas feliz del mundo y joder de esa manera los planes de Esteno. Ella me conocía relativamente bien y estaba convencida de que iba a montar un buen pollo el día de la ceremonia, estaba segura de que podría atraparme en ese momento y no tener que esperar a que yo llegara a sus dóminos a plantarle cara. No pensaba darle ese gusto, mi actuación en la boda se iba a llevar un Oscar de la academia de cine.



Cuando terminamos de comer nos sentamos en el salón alrededor de la chimenea. No estaba participando demasiado en las conversaciones. Kaly, Josh y Adam charlaban animadamente y Evan y Sarah discutían también muy animadamente.



-. ¿chicos, por qué os odiáis tanto? – pregunté a la pareja que andaba discutiendo sobre un hechizo extraño que podían realizar los cazadores.



-. Es una cría insoportable y metomentodo – dijo Evan cruzándose de brazos. Le miré escéptica y levante una ceja.



-. Tu eres un viejo anticuado metomentodo, ¿Qué diferencia hay? – pregunté divertida mientras Sarah le miraba con la expresión que tantas veces había visto en la cara de su hermano : “ves como tenia razón, eso es lo que eres y punto”.



-. No te metas conmigo – me dijo lanzándome una de sus sonrisas rasgadas – es verdad que soy viejo, eso significa – dijo fulminando a Sarah con la mirada – que tengo mucha experiencia… ¿quieres que te la demuestre? – preguntó de forma caliente.



-. ¡Para el carro vampiro! Es mi hermana y es menor – dijo Josh levantándose del sofá.



-. Bueno, me quedan ocho meses para ser mayor de edad – aclaró Sarah de forma inocente. Todos la miramos pasmados. Ella rápidamente interpreto nuestras miradas – eso no significa que vaya a dejar que él me enseñe… quiero decir… que él .. bueno… que es un jodido vampiro que él nunca… - balbuceó. Evan la miraba divertido y arrogante, yo la saque del apuró recurriendo a mi gran habilidad de reirme de mis propios problemas.



-. Eso espero muñeca, porque este tio pasado mañana estará casado conmigo, y además es probable que en la noche de bodas le tenga que matar, ya sabes, por eso de tomar su vida – expliqué sin darle importancia mientras me sentaba en el sofá junto a Evan.



Después de que una pequeña tregua se instalara entre el vampiro y la cazadora todos seguimos reunidos charlando de cosas sin sentido y poco practicas. Mi cabeza no estaba junto a mi cuerpo, ni siquiera participaba en las conversaciones. Solo pensaba en Shane. El miedo a que estuviera muerto, solo era comprable con el miedo que tenia a que hubiese sido torturado y todavía estuviera vivo en algún cuarto oscuro recibiendo palizas y… no podía seguir pensando eso, la oscuridad que me llenaba el cuerpo deseaba salir y encargarse de todo, cuando pensaba en Shane, la sensación de angustia y dolor me hacían mucho mas vulnerable a la criatura que vivía dentro de mi alma.

Después de varias horas, todos nos fuimos a dormir a nuestras respectivas habitaciones.

Antes de meterme en mi cama decidí pasar a la habitación de Shane, nadie había tocado sus cosas, seguían igual que las había dejado. No había entrado allí desde que se lo habían llevado, pero ahora necesitaba algo, algo muy importante.

Me agache y abrí su maleta que estaba a los pies de la cama, saque de ella una camiseta roja con varias letras negras. La apreté fuerte contra mi cara. El dolor en el pecho y la angustia se apaciguaron cuando inunde mis pulmones con su esencia. La camiseta me hacía sentir que estábamos cerca, sus olor inundaba mi cuerpo y mis fosas nasales como si fuera una bálsamo, una crema especial para cubrir mi corazón herido. Decidí dormir con su camiseta, me fui a mi cuarto y me metí bajo las mantas mientras abrazaba la prenda como si fuera un osito de peluche.

Fue una gran idea dormir con la camiseta de Shane, los sueños y las pesadillas donde revivía su secuestro me dejaron descansar esa noche. No tuve sueños, ni desagradables ni agradables, solo tuve descanso.



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