sábado, 23 de marzo de 2013

Capitulo 8


               

Shane


Hoy era sin lugar a dudas el peor día de mi vida, cuatro ibliseri habían entrado en mi celda esa noche y se habían ensañado conmigo, me habían dado la peor paliza jamás vista, ya no sabia que hacer, notaba como mi alma quería liberarse y dejarme morir, lo único que me ataba a la vida era ella, era Dawn. El dolor de mis heridas era desgarrador, la falta de sangre pura hacia imposible mi regeneración y estaba tan débil que era incapaz de levantarme del suelo, la fría piedra sobre la que estaba tendido calamaba el dolor de mis huesos y me entumecía casi hasta la incosciencia, pero no podía rendirme, no pensaba darle ese gusto a la Dama.



-. Veo que te han hecho mucho daño – dijo Riley que acababa de entrar en la celda. No tenia fuerzas para hablar y no quería desperdiciar las pocas que me quedaban con ella – bueno, tengo algo que enseñarte – escuché el traqueteo de algo que rodaba por el suelo, pero no fui capaz de levantar la cabeza para mirarlo. Riley enfadada se acercó a mi y levantó dejándome sentado contra la pared. Una televisión se alzaba sobre un carrito al otro lado de la estancia – quiero que veas lo poco que le importas a esa banshee, Shane, yo te hubiese dado todo lo que necesitabas y la elegiste a ella, pues bien, este es tu castigo – la cambiaformas encendió el monitor de la pantalla y pude ver a muchos vampiros y cambiaformas situados alrededor de un altar, era el altar de la corte vampiro. Allí en medio de la multitud estaba Evan mirando con devoción hacia el otro extremo de la sala.



Cuando la cámara cambio el objetivo de su grabación pude ver a Dawn, estaba preciosa con su vestido blanco, su jodido traje de novia y lo que mas golpeó mi corazón, la sonrisa de alegría que habia en su rostro, estaba feliz.

Algo se resquebrajo dentro de mi cuando la vi sonreir y saludar a la cámara como si no pasara nada, la confianza y el amor se convirtieron en furia y desesperanza, ella no me amaba tanto como yo habia pensado, ella se estaba casando con Evan, y lo estaba haciendo feliz y encantada. Fue un suplicio mirar toda la ceremonia, las lagrimas escocían en mis ojos y mi pecho dolia con ardor.

Todo eso no podía estar pasando, no podía ser cierto, ¿Cómo podía creer algo que viniese de mano de la Dama? ¿Podia ser un montaje?



-. Ten, bebé, estas muy débil y aunque ella ya no te quiera, yo y la dama si – Riley me dio un termo repleto de sangre pura y caliente, no estaba mezclada con agua y su olor era delicioso – ¿la quieres? ¿quieres beberte la sangre?



-. Si, quiero, damela por favor – dije con un hilo de voz, quizás podría tener la suerte de que esa sangre me regenerara y me diera las fuerzas suficientes para entrar en la cabeza de la puta cambiaformas y doblegar su voluntad, quizás esa fuese la única oportunidad de liberarme que tendría, la única oportunidad de salir de ese agujero y aclarar las cosas con Dawn, era imposible que ella se hubiese casado tan feliz y despreocupadamente con Evan. Cogí torpemente el recipiente lleno a rebosar de ese elixir rojo que tanto anelaba mi cuerpo y comencé a beber de manera desesperada, note como mis colmillos crecían y como mi cuerpo se llenaba de una calidez muy conocida y deseada.

Pero en ese momento me di cuenta de que algo estaba mal. El sabor de la sangre era demasiado exquisito, esa sangre era extraña, era….



Deje caer el recipiente casi vacio y mire a Riley, ella me observaba con una gran sonrisa en su cara, pero antes de que tuviera tiempo para preguntar, algo extraño y oscuro comenzó a pasar dentro de mi cuerpo, una oscuridad brillante y aterradora comenzó a comerse mis entrañas, comenzó a devorar mi alma. Antes de caer desmayado lo ultimo que vi fueron los ojos oscuros de la dama y su sonrisa, una sonrisa que no auguraba nada bueno.

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